1/30/2014

Johanna: Capítulo 23

Comienza la matanza.

No me separé del cuerpo rígido e inerte de mi aliado, derrotado por la muerte, hasta que escuché al aerodeslizador. Se lo llevarían, y podría descansar.
-Ahora estarás mejor...-Dijé entre sollozos y con un gran peso en el pecho que oprimía mi garganta y hacía que al tomar aire hiciese ruiditos extraños. Luego le besé la frente y cerré sus ojos. Abrí la mano en la que aún agarraba fuertemente la daga, quitándosela y poniéndola en mi cinturón. Di pasos hacia atrás, comenzando a bajar la colina sin dejar de fijar la vista en Cliff. Mi amigo. Empuñé con toda la fuerza posible el hacha. Ahora, estaba sola. No tenía compañía, y solo había dos salidas: Una muerte horrible y con sufrimiento, o seguir viviendo pese al mucho esfuerzo que debería de hacer y los daños que debería de pasar. La muerte ya no era mi opción. Iba a aferrarme a la vida todo lo que pudiese. Iba a volver a casa, a abrazar a mi hermano y a decirle a mis padres que les quería. El juego no había acabado aún.
Divisé el aerodeslizador a través de la fina lluvia que caía con fuerza, y hacía que el pelo y la ropa se pegase a mi cuerpo. Un viento frío hizo que volviese la vista ladera abajo. Esbocé una sonrisa malévola. "Diez tributos, por poco tiempo..." -Pensé.
Corrí por el suelo inclinado, lleno de la hierba húmeda, siendo lo mas calculadora y hábil posible para no caer rodando.
La alcanzé en menos de quince minutos, con las manos apoyadas en sus rodillas, algo flexionadas. Eso hizo que mi sonrisa se ampliase aún más. Estaba cansada, y eso era un punto a mi favor. Sujeté con mas fuerza el hacha, y on mi mano libre cojí el puñal de Cliff.
-¡Vas a pagar por lo que has hecho!
Dorrothy me miro con los ojos inyectados en sange y empezó a buscar su arco en el suelo. Tan solo le quedaban un par de flechas más en el carcaj. Busco la ranura, temblorosa. Avancé hasta ella y la di una patada en el pecho, haciendo que cayese hacía atras y rodase un poco. Ya no tenía su arco.
-No, por favor...
-Deberías habértelo pensado antes de matar a mi aliado...
Se dio la vuelta y gateó intentando huir de mi. La agarré del pelo con fuerza, deshaciendo un poco el peinado que sus estilistas la habían hecho la mañana del primer día de los Juegos. Arqueó la espalda hacia abajo, chillando y pidiendo auxilio mientras se agarraba a la hierba y la arrancaba. Nadie sería tan estúpido de ayudarla. Alzé el hacha y di el golpe final. Sus chillidos se ahogaron, y fueron sustituidos por un cañón. Su cuerpo quedó inmóvil en el suelo y la lluvia caía sobre el. La robé una pequeña mochila que tenía y me fui. Al principio, lo único que sentí fue euforia y cólera, luego todos los sentimientos hicieron hundirme un poco, pero de todas formas sonreía. Nueve tributos. Estaba cerca de casa.



1/18/2014

Johanna: Capítulo 22

Hola sinsajitos, quiero pedir disculpas por no haber escrito durante este tiempo, pero es que tenía bastantes cosas que hacer y no he podido escribir, pero bueno, aquí tenéis el nuevo capítulo. Espero que disfrutéis de el.

Venganza

Caminamos en silencio desde la salida del sol hasta que el Sol empezaba a ocultarse hacia nuestra derecha por las montañas. No tenía pensamientos muy claros sobre que ibámos a hacer. Creo que Cliff tampoco, o que prefería no pensar en ellos. Mi suposición era, caminar todo lo que pudiésemos intentando no pensar en donde nos encontrabamos, no localizar ningún tributo, no perder de vista el río, no moorirnos de hambre y huir de los obstáculos que nos proporcionaban los vigilantes.
De todas formas, aún quedábamos once personas en la siniestra arena. Podíamos morir en cualquier momento.
-Apuesto a que moriré por congelación.
Intenté bromear y romper el silencio que hacía hundirnos en un oceáno profundo de retorcidos pensamientos acerca de la muerte. Oí una risa leve.
-Sí, creo que los vigilantes se han cansado de que este todo tan quieto. Y la lluvia no ayuda a ver muy bien. ¿Quién crees que serán los siguientes?
Suspiré riéndome. Debía de estar volviéndome loca, pero la idea de apostar por la siguiente muerte me hacía gracia, así que, no dude en decírselo.
-Me atrevería a decir que la chica del once. O quizá el chico del doce. Esos distritos no suelen llegar tan lejos, aunque si pudiese elegir, algún profesional quizá...
No podía creer lo que acababa de decir. Había apostado por la muerte de gente inocente. Es cierto que a los profesionales no les tenía un gran aprecio pero...
-Yo también me estoy volviendo loco, no te preocupes.
Asentí preocupada, apartándome el pelo junto al agua de lluvia y el sudor de la frente. Estaba cansada, pero no me permitía parar. Notar la falta de aire en los pulmones, oír el sonido de mi estómago, el dolor en mis piernas, hacía sentirme viva. Aún no estaba muerta.
El impacto del brazo de mi aliado en mi pecho hizo que sacudiese la cabeza y que retrocediese unos cuantos pasos.
-Hay un tributo. Allí. Creo que el color de su abrigo es morado...
Se agacho levemente.
-Es la chica del Distrito 6. Su nombre es... Dorothy.
-Acabemos con ella. ¿Te supone algún problema?
-No, a mi no... -Se me quebró la voz.
Sentí una punzada en el corazón, no por ella, por Wood. Había intentado llevarse bien con ella y su compañero tributo.
Todo paso muy rápido después de que Cliff se levantase sigilosamente con una daga en la mano. Corrió hacía Dorothy, con la suerte de su parte, ya que ella estaba de espaldas a nosotros. Algo salió mal. Ella se dio cuenta de que no estaba sola, y dándose la vuelta repentinamente, cojió una flecha de su carcaj, la puso en la ranura del arco tensado y la solto. La flecha se clavó en el estómago de Cliff y este callo de rodillas al suelo, rodeando la flecha con sus manos.
La sangre se me paró, el corazón me dio un vuelco, la lluvia golpeó más fuerte mi cuerpo.
-¡No!-Un grito desgarrador salió de mi garganta. Vi con los ojos llenos de lágrimas como Dorothy me apuntaba con sus flechas desde la distancia. No la dejaría matarme. Me levante con toda la fuerza que pude para enfrentarme con ella, con el hacha en mano. Disparó su flecha, pero la distancia era demasiado grande, y antes de arrodillarme junto al cuerpo inmóvil de Cliff, ella empezó a correr ladera abajo.
-No te vayas, por favor...
Sonrío debilmente, y eso me hizo sentir peor.
-No me gusta este lugar Mason... Y quiero volver a ver a mi hermana...-Hablaba entrecortadamente y me hundía sus dedos en mi mano fuertemente.- Sé que puedes hacerlo... Si... -Y así dejo que todo el aire se esfumase de sus pulmones, que su pulso se detuviese, y que el cañón que anunciaba su muerte sonase. Un impulso hizo que me avalanzase sobre el y le abrazara.
-Te voy a vengar... De verdad lo haré.
Miré con los ojos llenos de lágrimas hacia donde había huído Dorothy. No la iba a dejar escapar.