8/25/2015
AVISO: VUELVO EN OCTUBRE
¡Hola tributos! Este verano se me ha pasado volando, y con todas las cosas que tenía planeadas no he tenido ni un respiro para escribir. Creo que el mes de Septiembre también será bastante ajetreado, por eso he decidido volver en Octubre. Siento haberos tenido en vilo tanto tiempo. Volveré en Octubre con muchas más aventuras. ¡Gracias por leer! :)
8/10/2015
Blight: Capítulo 52
Aquel día la nieve me alcanzaba las rodillas. Me costaba atravesar la gran capa blanca que se había construido en todo el Distrito. La gente había decidido cerrar sus puertas y ventanas y no salir hasta que la nevada pasase. Pero para mí, quedarse en casa solo no era una opción. Al día siguiente debería subir a un tren y recorrer todo Panem. Y allí si que estaría solo. Más que en ese instante, rodeado de árboles, de nieve y de pensamientos lúgubres. Y no tendría a Gardenia, ni a Olwer, ni a Rosie... Había perdido a aquella chica. La que me hacía feliz. Por la que luché en los Juegos.
Tenía los dedos tensos a causa del frío, rodeando mi querido cuchillo. Sin aquel objeto no sabía lo que era la seguridad. Había olvidado aquella sensación incluso con mis dedos aferrados a mi fiel arma.
Los copos caían sobre mi pelo y sobre mi cazadora y se derretían rápidamente dando paso a otros copos que seguirían el mismo camino.
No se escuchaba nada. Era como si me hubiese quedado solo en el mundo. Mis pisadas y yo. El castañear de mis dientes, los largos suspiros que dejaban escapar el vaho cálido de mi boca y se mezclaba con el aire congelado, más pisadas...
No.
Yo no acababa de pisar la nieve. Me giré sujetando con más fuerza -si cabe- mi cuchillo. Observar. Escuchar. Atacar.
Intenté relajarme.
"Calma Blight. Ya no estás en los Juegos. nadie quiere hacerte daño."
Pero mi mente trataba de ignorar esas palabras. En el fondo sabía que algo iba mal. Que estaba en peligro.
Me giré de nuevo al escuchar detrás de mí otro ruido. Corrí por la nieve. O más bien di saltos tratando de esquivar los muros de esta.
Vi una sombra entre los árboles y me abalancé sobre ella, pegando el filo del cuchillo a lo que se supone que era su cuello.
Entonces vi un mechón dorado escaparse de la oscura capucha y me fijé en la cara de la sombra.
No era una sombra, era la chica más bonita que había visto nunca. Y en sus ojos solo encontraba miedo. Auténtico terror. Pero no podía despegar el cuchillo del cuello de Rosie. Estaba completamente en shock y notaba como cada vez lo hundía más en su piel.
-¡Blight! ¿Qué haces?-Chilló Rosie demostrando todo el pavor que sentía.
No moví ni un músculo. Estaba hipnotizado. Por fin volvía a verla.
Rosie me empujo con fuerza. Me di con algo realmente duro en la cabeza y me la toqué. En mi mano tenía un rastro de sangre. Miré a Rosie aturdido.
-Venía solo para despedirme...-La temblaba el labio inferior. Iba a decir algo más. Pero no pudo. Rompió a llorar, se dio la vuelta, y se fue.
¿Acababa de intentar matarla? ¿Matar a la chica que amaba?
Solté el cuchillo con asco.
Era la primera vez que lo hacía a propósito.
Estaba avergonzado de mí mismo.
Rosie me odiaría. Y yo lo entendería.
Tenía los dedos tensos a causa del frío, rodeando mi querido cuchillo. Sin aquel objeto no sabía lo que era la seguridad. Había olvidado aquella sensación incluso con mis dedos aferrados a mi fiel arma.
Los copos caían sobre mi pelo y sobre mi cazadora y se derretían rápidamente dando paso a otros copos que seguirían el mismo camino.
No se escuchaba nada. Era como si me hubiese quedado solo en el mundo. Mis pisadas y yo. El castañear de mis dientes, los largos suspiros que dejaban escapar el vaho cálido de mi boca y se mezclaba con el aire congelado, más pisadas...
No.
Yo no acababa de pisar la nieve. Me giré sujetando con más fuerza -si cabe- mi cuchillo. Observar. Escuchar. Atacar.
Intenté relajarme.
"Calma Blight. Ya no estás en los Juegos. nadie quiere hacerte daño."
Pero mi mente trataba de ignorar esas palabras. En el fondo sabía que algo iba mal. Que estaba en peligro.
Me giré de nuevo al escuchar detrás de mí otro ruido. Corrí por la nieve. O más bien di saltos tratando de esquivar los muros de esta.
Vi una sombra entre los árboles y me abalancé sobre ella, pegando el filo del cuchillo a lo que se supone que era su cuello.
Entonces vi un mechón dorado escaparse de la oscura capucha y me fijé en la cara de la sombra.
No era una sombra, era la chica más bonita que había visto nunca. Y en sus ojos solo encontraba miedo. Auténtico terror. Pero no podía despegar el cuchillo del cuello de Rosie. Estaba completamente en shock y notaba como cada vez lo hundía más en su piel.
-¡Blight! ¿Qué haces?-Chilló Rosie demostrando todo el pavor que sentía.
No moví ni un músculo. Estaba hipnotizado. Por fin volvía a verla.
Rosie me empujo con fuerza. Me di con algo realmente duro en la cabeza y me la toqué. En mi mano tenía un rastro de sangre. Miré a Rosie aturdido.
-Venía solo para despedirme...-La temblaba el labio inferior. Iba a decir algo más. Pero no pudo. Rompió a llorar, se dio la vuelta, y se fue.
¿Acababa de intentar matarla? ¿Matar a la chica que amaba?
Solté el cuchillo con asco.
Era la primera vez que lo hacía a propósito.
Estaba avergonzado de mí mismo.
Rosie me odiaría. Y yo lo entendería.
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