10/22/2013

Johanna:Capítulo 15

Capítulo 15

Mutos

Corro todo lo que puedo, pero Cliff me esta dejando atrás y los mutos son más rápidos que yo. Sujeto el hacha todo lo fuerte que puedo y me alegro de que mi aliado me la diese. Tal vez podría acabar con los mutos con ella. Un pensamiento irrumpe en mi mente: <<Demasiado optimista.>> Y es verdad, no podría matar a tres mutos gigantes yo sola.
Sigo corriendo dificultosamente por la hierba resbaladiza. Parece que Cliff aligera el paso, o tal vez es solo que está agotado, ya que lleva una mochila algo más pequeña que mi cuerpo. Intento pensar en como escapar, pero estoy en estado de shock. Mi muerte, -nuestra muerte- está cerca. No podemos huir y pronto caeremos o seremos demasiado lentos. Pero mi aliado sigue corriendo en dirección al río que tiene una corriente muy fuerte. Entonces, se me pasa una idea. Tal vez ese sea su plan. Llegar al río. Y se que no me confundo, porque cuando estamos a escasos metros de la orilla, me agarra de la muñeca, hundiendo sus uñas en ella, y me tira al río.
Doy vueltas bajo el agua sin lograr ver nada, pero sé que Cliff no me ha soltado, sigo sintiendo sus uñas clavadas en mi muñeca. Noto que no puedo respirar y no puedo salir a la superficie. El agua hace que choque fuerte con una roca que me da en las costillas. Me desprocupo de los mutos. Intento gritar, y el poco aire que me queda se esfuma. Me duelen los pulmones. Pataleo, pero no se nadar, por lo que la corriente sigue llevandome sin rumbo. Ya no sé si aún Cliff está junto a mi. Choco contra otra roca, y esta vez el dolor me recorre toda la espalda. Doy una patada en ella y salgo a la superficie. Cojo aire, y veo a mi aliado cerca. Ya no están los mutos, o al menos eso parece. Muevo el brazo en el que mi mano esta libre y las piernas para mantenerme a flote. Me duele todo el cuerpo, y el agua no deja de hacerme chocar contra rocas y ramas que hay bajo el agua. Cliff se agarra a una roca e intenta salir del agua. Me agarro a sus ropas cuando paso junto a el. Se impulsa y queda tumbado boca abajo en la tierra embarrada. Salgo del agua con dificultad y me tumbo junto a el mirando al cielo, pero no podemos quedarnos ahí.
-Tenemos que irnos, los mutos pueden volver. O otros tributos.
Le observo durante un corto tiempo y no se mueve. Examino la mochila. Las armas están intactas, pero la mayor parte de la comida se ha estropeado. El pan, algunas latas agujeresadas... Sigo con el hacha fuertemente agarrada.
-Hay que buscar refugio.-Tiro de su brazo, y se incorpora poco a poco.- Se va a poner el sol.
-¿Y donde sugieres que vayamos?-Habla con la voz monótona y cansada. Le miro, parece muy magullado. Tiene una hinchazón en la mejilla, muy roja, en el corte de la espada. Parece infectada. En la otra mejilla, se está poniendo de un color negruzco. Tiene las manos ensangrentadas y el pantalon roto en algunas zonas.
-Tienes mal aspecto.-Le espeto.-¿Te encuentras bien?
-Creo que no eres la adecuada para hablar.
Me observo detenidamente. Tengo el pantalon rasgado y puedo verme parte de los muslos, rojizos, por la sangre. Me duele la espalda, y los costados por los numerosos golpes. Toco mi cara, me duele.
-Debemos de encontrar refugio.-Repito, e intento no darle importancia a mi dolor.

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