Cariño especial.
Convencer a Cliff sobre que mi pierna ya estaba mejor me llevó más de lo pensado. Al parecer, nos habíamos cogido cariño, aunque para ser sinceros, yo no me di cuenta hasta que me lo dijo."Llevabámos ocho largos y torturosos días en la arena. Me desperté justo cuando el Sol empezaba a ser visible entre las montañas, a pesar de toda la niebla que nos rodeaba. Lo primero que hice fue mirar mi pierna. Sentía ese miedo, de que al comprobar como estaba, saber que todo iba mal. Que nada había hecho efecto, y que iba a morir en pocas horas. Pero no. Era... un milagro. Estaba en perfectas condiciones. Tal vez el cambio de tonalidad -algo más roja de lo normal- traicionaba, pero, ¡Qué más daba el color! Estaba en unos Juegos del Hambre, hacía unas horas podías apostar al cien por cien que iba a morir, y ahora... podría decir que podía hacer una carrera de corta distancia sin problemas.
Me abalancé sobre un Cliff profundamente dormido.
-Eh, grandullón, despierta.
Me apartó de un manotazo y me hizo rodar unos cuantos metros. Recordé que Paul también me hacía eso y comencé a llorar. Cliff se dio cuenta, y se diculpó conmigo, pensando que lloraba por su negativa reacción. Tras tranquilizarme, no tuve más opciones que decirle que el no tenía la culpa.
-Lo siento... De verdad. No lloraba por eso, créeme.
-¿Segura? No quiero que me mientas. Somos amigos.
Ver a ese chico, medio metro más alto que yo, hablarme tiernamente... Creo que era la primera vez que le oía hablar de esa forma. Me quedé mirándole, y sé, que se sintió algo incómodo, ya que aparto la vista diciendo: "Da igual"
-En realidad, lloraba `porque... -Suspiré y empezé a morderme las uñas- Mi hermano me hacía eso cuando nos levantabámos para trabajar. Me recordo a casa...
Se dibujó la sombra de una sonrisa en su rostro.
-Tu también me recuerdas a mi hermana pequeña. De hecho, con el pelo más corto y la piel más broncínea podrías ser su hermana gemela.
-Sí, idénticas... -Nos quedamos en un silencio poco acogedor- ¿Te está esperando en casa?
-No... ella, bueno. Simplemente, ella ya no está.
-Lo siento...-No supe que decir. En realidad, no quería decir nada, pero las palabras se escaparon de mis labios. -¿Los Juegos?-Pregunté. No era la primera vez que de una familia, varios hermanos fueran cosechados para los Juegos del Hambre.
-En el mar...-Sacudió la cabeza y se volvió a tumbar.
Le miré de reojo y suspiré.
-No te permito eso. Debemos irnos.
-Tu pierna...
-Esta bien...-Se la mostré.
Aún así, me llevo apróximadamente dos horas más convencerle. Antes de abandonar la cueva, me dijo:
-Te tengo un cariño especial, ¿Sabes?
Sonreí sin saber que decir, y emprendimos nuestro camino."
Aquí tenéis el Capítulo 21 tributos. Espero que paséis unas felices fiestas. ^^