7/26/2015

Johanna: Capítulo 68

Me hubiese gustado decir que Blight insistió en llevarme al centro del Capitolio a ver el comienzo de los Juegos, pero me había obligado. Eso era importante para Parker. Para su inicio en los Juegos y que no fuese un tributo más que pasaba desapercibido. Se lo debía por todas aquellos días en los que había compartido mi sufrimiento, esas noches en las que me consolaba asegurándome que todo iba bien. Cuando yo sabía que nada iba bien y como una tonta, me lo creí. 
La gente se amontonaba delante de las pantallas gigantes que había en la plaza. Un Caesar Flickerman siempre sonriente presentaba los Juegos más animado que nunca. 
Yo veía todo pasar a cámara lenta. La excitación de la gente, las apuestas, Blight abriéndose paso y encontrándose con viejos amigos, Blight convenciendo a una chica de lo bueno que era Parker con el hacha, intentando interesar a un hombre de pelo lila con que Parker trabajaba por y para su familia. 
"Tienes que buscar patrocinadores"
Habló una vocecita en mi interior. Y tenía razón. 
Miré a mi alrededor. Cientos y cientos de personas. 
-Perdone... -Le dije a una mujer de pelo azul y largas pestañas del mismo color que se entrelazaban creando espirales. Su piel tenía un color azulado también. -Em... ¿Se ha fijado en los tributos de este año?
La mujer me miró con interés. Tenía los ojos de diferente color. Uno era de un verde apagado. El otro completamente negro. 
-¿Tu eres Johanna Mason, verdad?-Asentí.-¿Y vienes para promocionarme a tu chico?
-No, sí, bueno mire... Tengo ojo para los tributos que tienen potencial.
-Yo también.-Protestó la mujer.
-¿Y ya ha apostado? 
-Claro que no. Quiero ver como comienza esto. Pero me he fijado en las dos chicas del uno y del dos. 
-¿Tributos del uno y del dos? Todo el mundo apuesta por ellos.-Me quejé.
-Casi siempre ganan.
-Casi... Mira si ganan, será poco el dinero que gane. Todos apuestan por ellos. Dale la oportunidad a Parker. 
La mujer miró la pantalla.
-¿Por qué?
-Es bueno con las armas. Es listo. Sabe como actuar con cada persona. Le sorprenderá. Le he dicho que tengo ojo para los tributos con potencial. Apuesto a que usted el año pasado ni siquiera arrojó un centavo por mí.
La mujer hizo un mohín y arrugó la nariz. 
-Puede que no.
-Y aquí estoy ahora. Negociando con usted. Confíe en mí. Ese chico...-Señalé la pantalla aunque seguía retransmitiendo la cara de Caesar. - Ese chico tiene algo que hace que mis manos empiezen a temblar. Cuando salga en pantalla, mírele a los ojos. Demuestra poderío, esperanza, e ilusión. no tiene miedo. Es valiente. 
La mujer me sonrío. 
-Le daré una oportunidad si no muere en el baño de sangre por dos razones. Eres nueva en este mundillo, y no quiero robarte la esperanza de que tu chico se salve. Y segundo, le he visto. Tiene madera de vencedor. Espero que si tomo la decisión que me aconsejas, no me decepcione. 
-No lo hará.-Dije emocionada.
-Eso espero. 
Giré mis pies y avancé a través del montón de gente en busca de Blight. No me costó mucho encontrarle. Tenía ese aspecto ordinario que la gente del Capitolio había perdido.
-¡Blight! Creo que lo he logrado. ¡He ganado un patrocinador!
Blight sonrió justo cuando la cara de Caesar desapareció, como mi sonrisa, y la pantalla mostró la Cornucopia dorada del lugar. Sentí como Blight encontraba mi mano, entrelazaba sus dedos con los míos y me los apretaba, dándome fuerzas. Sentía mis piernas flaquear. El aire no me llegaba a los pulmones completamente. Mi corazón latía frenéticamente contra mi pecho. 
Los tributos salieron a la arena.
Ya empezaba. 
Una voz resonó por todo el Capitolio.
-¡Que comiencen los 72 Juegos del Hambre!
Observé el lugar. 
Estaba oscuro, pero no era de noche. Estaban en una cueva. Una luz desde un lado de la pared iluminaba el lugar, creando sombra y dándole luminosidad a la Cornucopia de oro. 
Observé a Parker. 
No estaba lejos del cuerno dorado. 
Esta año habría veintitrés tributos. Uno menos que mata. ¿Más posibilidades?
La cuenta atrás empezó.
Agarraba con tanta fuerza a Blight que creí que se quejaría. 
Cuando el contador llegó a cero, todos los tributos se lanzaron al suelo. unos se dirigieron a la luz de la arena. Otros hacia la Cornucopia. Parker pertenecía a los del último grupo. 
Todo estaba envuelto en la oscuridad y en las sombras. 
La gente se quejaba por no poder ver completamente el espectáculo. 
Los tributos se movían ágilmente. Mataban, morían ,perseguían, huían... La pantalla pasó de la oscuridad de la cueva a un radiante resplandor azul. 
Lo primero que pensé; frío. 
Muchos tributos corrían por el horizonte, dejando sus huellas en la nieve. 
En cierto modo la nieve era algo bueno. 
El Distrito 7 era el Distrito más al norte de todo Panem. Sabíamos protegernos del frío. No como los del once, o el nueve. Esos si lo tenían difícil.
No había que dar la partida por terminada. 
Entonces le vi. Con el pelo delante de sus ojos. Llevaba una mochila a su espalda y ningún arma. Corría detrás de la montaña que guardaba la cueva. Un camino que nadie había tomado aún.
Sonreí y dejé de apretar la mano de Blight. 

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