Hacía calor y estaba desorientado. Lo único que veía era oscuridad, y luces pasando en frente de mis ojos de aquí para allá. Podía oír el ruido que la multitud hacía gritando los nombres de sus Distritos favoritos. Casi todos aclamaban al 1, y la verdad, no era de extrañar. Me había quedado mirando a los tributos del 1 hasta que Cloe me distrajo, y de no ser por ella, los hubiese mirado hasta que su carro desapareció por la esquina.
Giré la vista para mirar a mi compañera. Era difícil adivinar su expresión. No estaba seria, pero tampoco sonreía. Podía ver en sus ojos el ansia de curiosidad, en cambio yo, no me atrevía a mirar más allá del carro. Los caballos iban bastante rápido, y a decir verdad, las alturas no me agradaban. Respiré hondo. Cloe seguía agarrada de mi mano con fuerza, pero esta vez no hice nada para zafarme de ella. Incluso me tranquilizaba. Sin Cloe, estaba solo. Y ahí, en lo alto de un carro en marcha con muchas posibilidades de perder el equilibrio y caerme, -los nervios me jugaban malas pasadas de vez en cuando.- prefería que Cloe estuviese a mi lado.
Dentro de toda la confusión y el vocerío de la gente del Capitolio, me di cuenta de que cuando paramos en frente de una gran casa, estabamos nada más y nada menos que delante de la mansión del Presidente Snow. Llevaba un traje blanco, y se había arreglado su barba rubia.
Nos dio la bienvenida tras un par de tragos a su copa, y habló sobre la importancia de los Juegos. Como siempre solía hacer el mismo discurso, cambiando un par de cosas cada año, me permití distraerme. Todos mis pensamientos se trasladaron al Distrito 7. En mis padres, mis amigos, Rosie... ¿Qué estarían haciendo? ¡Rosie!
Me giré instintivamente hacia el lugar donde el carro del Distrito 1 había parado. La chica rubia que me recordaba a Rosie demasiado-Cloe había dicho que su nombre era Jade.- y a la que no podía parar de mirar por esa razón. Me di cuenta de que la gente gritaba su nombre junto al de "Jasper" ¿Sería su compañero de Distrito?
Los carros volvieron a moverse cuando Snow terminó de hablar.
Ninguno de los dos estilistas nos esperaban cuando Cloe y yo bajamos de los carros sin ninguna ayuda. Sentía como si los pantalones estuviesen a punto de romperse así que di un salto y caí al suelo. Cloe decidió hacer lo mismo salvo que ella se quitó los zapatos antes. Caminamos hacia el ascensor mientras miraba a mi alrededor. Todos los estilistas felicitaban a sus tributos. Los deL tres llevaban un sofisticado traje envuelto en cables que llamaba bastante la atención. Los del dos lucían vestidos plateados. El Distrito 4 vestía completamente de un profundo azul.
-Chicos, esperad... -Musitó Cressa, agarrandonos a cada uno por el hombro.- Iré a hablar un momento con Nora -Señalo a ambos tributos del distrito 5, vestidos de verde y a su respectiva acompañante.- Podéis subir. Estaréis cansados, pero no cenéis sin mi.-Nos apretó el hombro y se fue. Cloe se subió en el ascensor y presionó el botón para cerrar las puertas. Me colé antes de que pasase.
-¿Me puedes explicar todo ese rollo misterioso que...?
Aún seguía con la duda de lo que Cloe quería decirme, si es que quería decirme algo.
-Ha estado bien, ¿eh? Aunque me agarrabas muy fuerte la mano.
-¡No cambies de tema!
-No lo he hecho...
Se encogió de hombros y miró hacia arriba, esperando llegar a la planta 7 por fin.
-Venga Cloe... Me dijiste algo en el tren antes de llegar. Y antes de que los carros salieran a la ciudad. Tienes algo importnte que decirme pero no quieres hablar de ello. ¿Por qué?
Las puertas se abrieron y me dedicó una mirada. Entreabrió la boca, pero luego salió dando grandes zancadas sin decir nada.
-Al menos dime por que no quieres decírmelo, pero a la vez no paras de mandar indirectas.
Se giró un momento antes de entrar a su habitación.
-Es complicado. ¿Vale?-Parecía enfadada.- Yo no debería de ser la que te lo dijese. Tu deberías de saberlo también.
Suspiró y se apoyó en la puerta. Miró el techo evitando mi mirada. Me apoyé en la pared.
-Sea lo que sea... que sea pronto. Estaré muerto cuando empiezen los Juegos.
-No digas eso. -Replicó.
-¿Por qué? No lo entiendo, eso sería mejor para ti.
-Porque te quiero Blight.-Suspiró. Ladeé la cabeza sin comprender, y luego añadió algo.- No de la forma que tu piensas.
Antes de poder reaccionar, se dio la vuelta y se encerró en una de las habitaciones. Llamé un par de veces a la puerta. No contestó.
-Cloe...
Volví a llmar. Sabía que estaba ahí. ¿Por que no me contestaba?
-Ven esta noche. ¿De acuerdo?-Susurró desde el otro lado, y yo asentí.
-Sí, claro.-Dije al darme cuenta de que no podía verme.
Cloe decidió saltarse la cena. Le dije a Cressa, a Ray, a Jara, y a los estilistas, que se sentía demasiado cansada así que se había ido a dormir, a parte de que no tenía hambre. Pude advertir como Cressa arrugaba la nariz pues nos había dicho que la esperasemos para cenar.
No comí mucho, aunque todo lo que había en la mesa parecía delicioso; langosta, cerdo, verduras gratinadas, tartas, bebidas de todos los colores y sabores... Aunque no me entraba nada en el estómago. Estaba demasiado nervioso por lo que Cloe podía decirme.
Me sentía raro. Había dicho que me quería, pero ella sabía que yo estaba con Rosie. Quizá solo lo dijo para intentar llamarme la atención, y para que después fuese a verla.
Era medianoche cuando decidí abandonar mi habitación y meterme en la de Cloe. Al principio no estaba muy seguro, por si alguien estaba vigilando, o por si se había quedado dormida ante la espera, pero no. Antes de que me diese tiempo a llamar a la puerta, ésta se entreabrió. Cloe llevaba el pelo suelto y varios mechones de pelo oscuro le caían sobre la cara. Llevaba puesto un fino camisón de tela blanca e iba descalza. Se hizo a un lado para dejarme pasar. El corazón me latía fuerte, presa de los nervios.
-Esta bien... -Entrelazó sus manos y empezó a caminar por la habitación, luego se sentó en la cama con las piernas cruzadas, y se volvió a levantar.
-¿Me quieres?
-Calla...-Dijo, con un deje de burla.-Siéntate. Quiero que me prometas algo...
-A ver...
-No te enfades con nadie. Ni conmigo por no habértelo dicho. Ni con Rosie. Ni con tus padres. Sobre todo con tu madre.
-¿Mi madre?
Otra vez mi madre. ¿Qué tenía que ver ella con todo esto?
-No sé porque...
-Calla, y dejame hablar a mi... -Se colocó en frente de mi, a unos cuantos centímetros y me cogió de las manos. Éramos más o menos de la misma altura, y por un momento pensé que iba a besarme.-Tu madre y yo...-Titubeó.- Ella me dijo que tenía que contarte lo que ella no pudo hacer, Blight. Ella... Blight. Tu y yo no somos solo compañeros de Distrito en los Juegos.
No entendí nada.
-¿Qué quieres decir? No te entiendo Cloe.
-Ella quería decírtelo pero nunca se atrevió, y cuando salimos los dos en la Cosecha...
-Cloe, ¿el que quería decirme?
Se mordió el labio con fuerza, miró al suelo y luego me miró a los ojos. Lo único que pude percibir fue tristeza.
-Tú y yo somos hermanos Blight.
Y aquí tenéis el Capítulo 7. Espero que os haya gustado y bueno, en el próximo capítulo aclararé todo esto. ¿Os a gustado? ¿Qué pensais sobre Blight y Cloe? ¡Comentad! ^^.
¿¡Hermanos!? Waouh, eso si que no me lo esperaba! Está muy entretenida la historia. :)
ResponderEliminarEsperaba que nadie se imaginease de lo que realmente eran. Toda la historia la explicare en el proximo capítulo por que ya se que es un poco raro. Muchas gracias por leer, y espero que os siga gustando. ^^.
EliminarDrew!! Quedas oficialmente nominada a los premios dardos! Pasate :3
ResponderEliminarGracias Nacho! Intentaré hacerlo este fin de semana! ^^.
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