Decidí volver a casa. Lo único que podía conseguir estando en los fríos bosques después de la lluvia, solo era resfriarme. Mientras caminaba, pensaba en lo que había dicho Willow. Sabía perfectamente que la gente ya no me veía con la misma iagen tras la entrevista con Caesar, pero de eso ya me había advertido Blight. En relidad, eso no era lo que más me preocupaba, de hecho hasta me resultaba alentador. Lo que me preocupaba era si los Juegos me habían hecho cambiar a mi, a la verdadera yo. No era difícil saberlo. Los Juegos cambian a la gente. ¿Pero cuánto?
No había nadie en casa. Otra vez estaba sola. Sola casa, sola en el bosque, sola... Fui al baño y llené la bañera de agua caliente. Eché al agua unos aceites que le dieron un color púrpureo y me metí. Bajo el agua me sentía bien, y parecía que todos mis problemas desapareciesen. Hundía la cabeza y abría los ojos, viendo el mundo a traves del agua en otro calor. La espuma se amontonaba junto a mi piel, y el agua hacía que el pelo me ondease. Entonces comencé a llorar. Cojí una de las toallas y me envolví con ella. Todo parecía perfecto bajo el agua, pero en realidad el agua no disolvía los problemas. Me miré en el espejo, pero en lo que me fijé no fue en mi rostro, sino en lo que reflejaba desde atrás. Me giré para verlo por la ventana mejor. Un sinsajo. Hacia mucho que no los veía por el Distrito 7. Era precioso, y cantaba sobre la alambrada. Esa alambrada que nos mantenía a todos fuera de la libertad. Me reí. Los sinsajos eran la prueba de que al Capitolio a veces las cosas le podían salir mal.
"El Capitolio no siempre gana." "La gente cree que eres una asesina. Una mentirosa." "Quizá solo deberías hacerlo y ya está." "A veces los Juegos no son lo peor de las pesadillas." "Eres lista, y fuerte, sé que podrás con ello." "Sé que puedes hacerlo."
Las voces de la gente que quería empezaron a hablar en mi cabeza, y a trazar un plan. Claro que el Capitolio no siempre ganaba, y claro que podía hacerlo, pero lo haría a mi manera. Sonreí de lado. Y en el reflejo del espejo vi que no era la sonrisa de la niña tímida que fue cosechada para los Juegos, tampoco la de la Johanna rota de hacía apenas unos minutos, ni la Johanna que Blight quería que fuese. Algo había cambiado al trazar ese plan. Bajé las escaleras hasta estar en frente del teléfono y marqué los números con un pequeño temblor, pero antes de que el´marcase el último, me llamaron a mi. Respondí.
-¿Diga?
-Señorita Mason, ¿ha decidido algo ya?
-Presidente Snow, debe saber que haré lo que me propone.
Pude ver como se le escapaba una siniestra sonrisa de placided.
...
Todo era un auténtico caos. Comenzaba la Gira de la Victoria, y mi décimo octavo cumpleaños se acercaba. Me sentía nerviosa, y no por la Gira y por todas las cámaras que estarían alrededor de mí durante estas semanas. La verdad es que ya me había acostumbrado a las cámaras. Pero lo que me ponía de los nervios es que la quedada con Snow se acercaba.
-"Tras la Gira de la Victoria, vendrás al Capitolio, y hablaremos..."
Seguía con mi plan en la cabeza. Había preferido mantener a Blight al margen. Sabía lo que diría, incluso yo lo pensaba. Lo único que me preocupaba era si las cosas salían mal... No podía creer que hubiese cambiado tanto después de los Juegos. Antes, tan solo de pensarlo me colocaría un cartel de "loca" en la frente.
Llamaron al timbre, y mi madre fue a abrir con su más cordial sonrisa. Hacía mucho que no veía a Minerva Brightness. Ya no llevaba el pelo verde. Ahora era de un color rojizo, degradándose en las puntas hasta convertirse en naranja. Iba envuelta en un abrigo largo de color blanco, con unos guantes anaranjados, a tono con su pelo. Abrazó a mi madre cuando entró en la casa, y después a mi.
-Oh, Johanna... pero si que has crecido. Estás espléndida.
Después entraron mis estilistas.
-¡Johanna! -Gritaron a la vez.
-Hola chicos...-Mascullé con un tono de dejadez y una sonrisa que hacía ver que en realidad no estaba cómoda. Blight me había advertido que debía de seguir actuando, aunque la verdad es que no necesitaba mucho esfuerzo para actuar la sonrisa.
-¡Estas uñas esán fatal!-Suspiró Silva.
-¡Habrá que cortar tu precioso pelo!-Gritó Petra.
-¡Podrías haberte cuidado un poco, vamos a tardar horas!-Exclamó Lucius
-Creí que habrías aprendido un poco de mi sobre la moda...-Dijo Vibia, cansada.
Me separé de ellos.
-Bueno... ¡Habrá que empezar! ¡Mucho trabajo nos espera para el poco tiempo que tenemos! ¡Qué ilusón! -Dijo Minerva, y me cogió de los hombros.- Vas a estar fabulosa y espléndida, y todo el Capitolio se fijará en ti y te querrá imitar. ¿Te acuerdas del vestido que llevaste en las entrevista? Ha sido el más vendido de todo...
-Minerva...-Susurró Vibia, haciendo que ésta se callase, y cogiéndome de una mano.-Bajaremos en cuanto hayamos acabado. Chicos...
Silva, Petra y Lucius nos siguieron por las escaleras.
-Quedará espléndida. -Seguía pometiendo Minerva, esta vez, a mis padres y a Paul.
Honestamente, prefería pasar el tiempo con Minerva que con mis estilistas, que lo único que hacían era hacerme sufrir.
Me dieron un baño, me pintaron las uñas, me depilaron, me cortaron el pelo a la altura de los hombros, me maquillaron con sombras oscuras -creo que hbían pillado la indirecta- y luego me vistieron con unos pantalones verde oscuro y un abrigo largo de color negro. Las botas también ern negras, con decoraciones doradas, y según Petra, eran de piel de caballo. Solo me pude lamentar por el pobre caballo.
Cuando bajé, Minerva estaba más emocionada que yo.
-¡Estas perfecta! Veo que este año se llevrá la ropa oscura, y este corte de pelo ¡espléndido!
Suspiré de cansancio.
-¡Venga! ¡Alegra esa cara! ¡Es tu día!
-No pienso sonreír, estoy cansada...-Me quejé.
Minerva torció su sonrisa en una mueca y luego se acercó a la puert repiqueteando sus tacones por el suelo de madera.
-¿Preparada?
Me encogí de hombros.
-Tres... Dos... Uno...
Hacerlo a su manera? ¿Como? Tengo ganas de verlo, me parto con el contraste entre Johanna y su equipo de preparación, xD está entretenido esto, ¡nos vemos pronto!
ResponderEliminarEso es algo que no se sabrá hasta dentro de unos cuantos capítulos (creo que ni yo misma lo sé de momento jajaja) La verdad es que Johanna, siendo ella misma o actuando, no aguanta a sus estilistas. Espero que te siga gustando la historia. ^^.
EliminarDreeew!! Lo siiento pero no he tenido tiempo para leerte antes, estooy intrigadoo!! No te lias con dos historias a la vez?? Yo tendría un caos... Enfiin, siigue así Dreew! :3
ResponderEliminarHola!!! La verdd es que no me lio mucho porque ya tengo las dos historias bastante desarrolladas en mi cabeza, lo unico algunos detalles pequeños asi que si hay muchos fallos no me los tomes muy en cuenta jajaja. Estoy deseando de que subas un nuevo capítulo ya.!
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