Nunca me hubiese imaginado que la casa de Blight fuese tan parecida a la mía. Ya podía ver a mi madre ordenando todo y suspirando cada vez que se encontraba algo fuera de su sitio. Un delicado mantel de fina tela blanca con bordados florales cubría la mesa de madera. Diferentes pinturas adornaban las paredes, pintadas de un relajante color arena. Había fotos viejas enamarcadas y colocadas por diferentes sitios de las sala. Todo parecía tan acogedor...
-¿Qué era eso tan sumamente importante de lo que tenías que hablarme?-tronó con una voz demasiado cargada de cansancio.
-Me ha llamado Snow...
Por un momento solo hubo un silencio. Las pisadas de Delia hicieron que blight volviese a la realidad.
-¿Y Snow por que querría llamarte?
Me aclaré la garganta. No era algo que me apeteciese hablar con Blight, pero no sabía a quién más recurrir. Y con Delia por ahí...
-No es la primera vez que hablamos. El día de la entrevista, antes de volver al distrito, el y yo tuvimos una pequeña charla...
Blight se debió de dar cuenta de que la presencia de Delia, me molestaba.
-Delia, ¿por qué no vas al Distrito y compras algunas cosas?
La chica hizo un rápido gesto de asentimiento, cogió un bolso y un brigo y salió. Blight apoyó sus nudillos sobre el mantel blanco que había sobre la mesa y me miró ladeando la cabeza.
-Snow me ha sugerido de una manera muy cortés que el trabjo que realiza Finnick Odair en el Capitolio sería muy bueno para mi. Blight, tu sabes cual es ese trabajo, creo que todo el mundo lo sabe. Y tengo miedo. Me ha amenzado. No a mí, a mi familia.
Pude ver que Blight lo creía. Tensó los musculos de la cara y comenzó a hacer un rugido extraño con la garganta.
-¿No hará nada verdad? No puede hacerlo. ¿Verdad?
Intentaba con todas mis fuerzas que hubiese otra salida, pero desearlo no servía de nada.
-No es la primera ve que pasa.
Su voz expresaba una tranquilidad que me ponía de los nervios.
-¿Y a mi que más me d que no sea la primera vez? ¿Has oído lo que te he dicho? -No hubo respuesta.- ¡Blight!
-Quizá solo deberías hacerlo y ya está.
-¿Qué?
-Ya me has oído...
-No puedo creer que me estes diciendo eso. Eres mi mentor, se supone que tienes que ayudarme.
-En los Juegos.
-¡Esto es por culpa de los Juegos!
Blight se separó de la mesa y se dejó caer en una silla. Noté como las lágrimas se amontonaban en mis ojos, pero no permití dejar caer ni una. Esperé por una respuesta, por un simple gesto. Una mirada. No hubo nada.
-Esta bien. Me alegra saber quién se preocupa por mi y quién no.
Salí de la casa con grandes zancadas y cerré la puerta de un golpe. Llovía mucho, y el agua empezaba a calar la ropa, y a hcer que el pelo se me pegase en la cara y me entorpeciese la vista.
Me sentía mareada. ¿Quién me podía ayudar? Blight no, eso seguro. Y no podía contarles nada ni a Paul ni a mis padres.
Empezé a correr sin motivo. Necesitaba despejarme. Hacer algo que centrase todos mis pensamientos en eso y quizá el cansancio lograse aquella tarea.
Al salir de la Aldea de los Vencedores, solo había un camino que te llevase al Distrito. Era un camino estrecho y con muchas curvas, de tierra. A ambos lados del camino se expandía un extenso bosque verde lleno de pinos, abetos... El lado de la izquierda no daba a ningún sitio, tan solo a la valle que indicaba el término del Distrito. Si te salías del camino e ibas por la derecha, podrías encontrarte con todos los trabajadores de la madera. El bosque del 7 era kilómetrico.
No sé durante cuanto tiempo corrí. Tropezé un par de veces, cayéndome al suelo. Luego paró de llover, pero yo seguí corriendo. Al oír el ruido de las hachas cortando la madera me paré. Este era mi hogar. Mi vida de antes, sin riquezas ni fama, pero mi vida. Daría cualquier cosa por volver a ella, pero ya era imposible.
-¿Johanna?
Giré la cabeza hacia la voz y vi a Willow. Mi mejor amiga. La que creyó que no volvería. No había vuelto a verla desde aquel día en el Edificio de Justicia, cuando fui escogida. Ni siquiera cuando volví en aquel tren. Tampoco en los dos meses que llevaba en la Aldea de los Vencedores. La verdad es que verla allí, me sorprendió. Seguía igual que siempre, salvo que su pelo había crecido un poco.
-¿Willow? ¿Qué haces aquí?
Me enseñó el hacha y se encogió de hombres.
-Hacía mucho que no te veía. Te ves bien...
¿Estaba bromeando? ¿Me veía bien después de todo lo que me había llovido encim?
-Sí, tu igual. -Dije, pensando que ella pensaría lo mismo que yo.
Se notaba la tensión entre las dos. No había sonrisas, solo nos mirábamos como si fuesémos dos completas desconocidas.
-No viniste a verme.
Dije al fin, sácandome el peso de encima.
-Mis padres no creían que verte tras los Juegos fuese buena idea.
"Y tu tampoco."-Pensé.
-¿Por qué? Creí que éramos amigas.
-Y lo erámos.-Éramos. Ese era el problema.- Las cosas han cambiado por aquí Jo. Y tu también.
-¿Qué cosas?
-¿No has visto las reacciones de la gente?
-Obviamente no, llevo dos meses sin salir de casa y no me considero totalmente cuerda.
-La gente piensa que eres una asesina. Una mentirosa. Al principio lloras en cada momento que sales en pantalla y luego te conviertes de la noche a la mañana en una máquina de matar. La gente habla. Y más desde que tu llegada cambiásemos repentinamente de Alcalde. Que casualidad que nadie conoce al nuevo Alcalde.
-¿Nuevo Alcalde?
Aquello era nuevo para mi. Willow apoyó el hacha en el suelo y suspiró.
-Están cambiando muchas cosas Jo. Y creo que principalmente van a cambiar para ti.
-No me hables de cambios. No me hables de nada. ¡Ni siquiera sabes por lo que estoy pasando! ¿Asesina? ¿Quhe hubieses hecho tu para salir de ahí? ¿Sabes lo que es estar allí, con gente, y pensar a cada minuto que si tu sales ellos deben morir? ¡No! ¿Y por eso las cosas cambian por mi culpa? ¿Por ser la nueva vencedora?
Willow se encogió y levantó el hacha para reposarla sobre su hombro.
-Yo solo te estoy advirtiendo...
Me miró un momento antes de caminar en la dirección opuesta a la mia.
-Willow... ¿Aún eres mi amiga?
-Solo si tu sigues siendo la misma...
Pobre Johanna, Blight no puede ayudarla, nadie puede, se me hace raro verla tan "debil" y que todo sea una actuación para el Capitolio pero supongo que puede pasar. Creo que lo que Willow quiere decir es que la imagen de Johanna ha cambiado desde que ha jugado a la vencedora arrogante y orgullosa de serlo más, ¿que puede hacer? Entre los juegos y las lecciones de Blight todo ha cambiado, es normal que no sea la niña dulce y inocente que todos conocen, nadie lo es, veremos que pasa y que le dice a Snow. Realmente no puede negarse así que el consejo de Blight es lógico más, ¿acaso la alternativa es mejor? Sigue en cuanto puedas. :)
ResponderEliminarHola! La cosa es que en estos capítulos Johanna va a estar un poco rara por la decision que tiene que tomar, y porque no sabe como debe de comportarse, a parte de que como has dicho, no la puede ayudar nadie. Más adelante irá aprendiendo y dejará de ser "débil" pero tiempo al tiempo, y a ver que pasa. Espero que te siga gustando la historia! ^^.
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