10/05/2014

Capítulo 41: Johanna.

Pasó un momento en el que no me atreví a hablar. Pareció una eternidad, cuando en realidad seguramente hubiesen sido un par de segundos. No esperaba su llamada, no aún. Me aclaré la garganta, e intenté que mi voz sonase clara. Sin mucho éxito.
-Presidente Snow... -La volví a aclarar, y usé un tono de sarcasmo.- Que alegría su llamada. ¿Qué quiere?
-Ya ha pasado un tiempo desde la última vez que hablamos. ¿Qué tal estás? ¿Tu nueva casa? ¿Alguna queja?
-Nignuna queja. Todo está perfecto.
Otro silencio incómodo. A través de la línea pude escuchar un leve chasquido.
-¿Recuerdas nuestra breve charla?
-Como olvidarla... -Dije con asco. En realidad, solo lo había pensado, pero las palabras salieron de mi boca sin más.
-¿Y que has decidido al respecto...?
Otro silencio. Recordaba bastante bien la conversación que había mantenido con Snow aquel día. Recordaba la conversación que Pul y yo habíamos tenido sobre Snow.
"-Solo quieres asustarte Jo. Es él quien gana dinero contigo."
"-No quiero volver al Capitolio, ni saber nada de Snow, ni de los Juegos. Nunca más." Le dije, estúpidamente, ya que en unos meses sería la Gira de la Victoria, y me harían revivir cada momento de los Juegos.
"Si hay alguien fuerte en esta familia, eres tú. Da igual que seas la mas pequeña, y la que menos come. Si alguien lleva el peso de esta familia eres tu. Yo no hubiese salido de ese Infierno. Tu sí. Recuerdalo. Eres más fuerte que ellos."
Y eso me dio fuerzas. Paul tenía razón. Había sobrevivido a 23 personas. Había sobrevivido a los Juegos del Hambre. ´Me había matado a mi misma para convertirme en un persona distinta.
-No voy a hacerlo.
-Johanna, Johanna, Johanna... creí que eramos amigos.
Bufé, y volví a recordar la conversación con Snow poco después de ganar los Juegos. Entonces una frase empezó a retumbar en mi cabeza.
"Tienes una preciosa familia."
No iba a por mi. ¡Claro!  A mi no podía hacerme daño. A mi me querían en el Capitolio. Matar a un vencedor sería de locos. Pero su familia, era poco conocida. Blight no tenía familia, al menos que yo supiese. Tampoco Ray. ¿Y Finncik Odair, el tributo vencedor del 4? Cada vez que le sacaban en la television merodeaba solo, y podia recordar perfectamente que en sus juegos el tenía un hermano.
Mis piernas comenzaron a temblar. ¿Todos los vencedores terminaban así? Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Johanna?-Pregunto Snow. Apostaría que estaría sonriedno de lado pensando. "Yo gano. Siempre lo hago."
-Tengo que colgar Presidente. Le daré la respuesta más... más... en unos días.
-Me parece bien. Cuídate, Johanna.- Oí como la línea se cortaba y me derrumbé en el suelo. Paul no podía saber nada de esto. Mis padres tampoco. Solo me quedaba una opción.
Blight.
Nunca me había llevado bien con mi mentor. La única vez que podría haber conecetado un poco con él, fue la noche en el tren, antes de llegar al Distrito. Pero todavía era mi mentor, ¿no? Se suponía que aún debía de ayudarme.
Me levanté del suelo y me calcé las botas de cuero que me había quedado de los días en los que permanecí en el Capitolio tras los Juegos. Cojí un abrigo y salí a la calle. Eran mediados de Octubre, y cada día el termómetro marcaba menor temperatura. En el siete, las nevadas comenzaban poco después de que llegase Noviembre, y perduraban hasta principios de Abril.
Blight no vivía muy lejos de mi casa, así que en diez minutos había llegado. Me limpié el barro de las botas que se había creado en el suelo por culpa de la lluvia en el porche y llamé en la puerta de madera con los nudillos desnudos. Blight no fue quien me abrió, si no una chica rubia más o menos de mi edad. Era raro ver a gente con aquel color de pelo por el Distrito, no era muy común, tan solo en unas cuantas familias.
-Hola. -Saludó tímidamente, y se apartó, dejandome pasar.
-Hola...-La saludé, con el mismo tono de voz y busqué a Blight con la mirada.
-¿Esta...?
-¡Delia! -Se oyó rugir una voz desde otro luegar de la casa. La chica miró al suelo.- ¡Te dije que no dejases entrar a...! -Blight apareció por una puerta y de repente se calmó. Solo un poco- Ah, eres tu...
Habló sin mucho ánimo, como siempre.
-Necesito hablar contigo Blight, es urgente.
-Y yo necesito un café. Delia...
La chica me miró, luego miró a Blight, y se marchó dando pasitos cortos. Luego Blight se dio la vuelta y despareció por una esquina. Decidí seguirle.














         Os dejo una supuesta foto de Delia. ¿Quién será en verdad? Espero que os haya gustado el capítulo, y comentad. ^^.







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