2/28/2015

Blight: Capitulo 30

Nadie me llamo para despertarme a la mañana siguiente. El cañonazo lo hizo. Me quede sentado sobre las mantas tiradas en el suelo de la tienda de acampada, jadeando. La pesadilla no había sido de las mejores, y el corazón me iba a mil por hora. Blade seguía durmiendo tranquilamente, o al menos eso parecía. Nunca me podía fiar de ella, siempre estaba alerta.
Me deshice de las mantas y salí de la tienda tan rápido como pude. Y eso fue lo peor. Darme cuenta de que era de día y que ellas no estaban por allí. Sentía un nudo en la garganta, un dolor en el pecho, y pinchazos en el estomago. Saque el cuchillo de mi cinturón y adelante el brazo derecho para protegerme. Tenia miedo. Aquel cañonazo no podía ser de ellas. Ni de Cloe, ni de Jade. Cloe... tenia que encontrarla.
- ¡CLOE!-Grite. Tenia la garganta seca, así que se me quebró la voz, pero volví a intentarlo.- ¡CLOE!
Me sentía impotente. No estaban allí. Y no podían haberse ido sin avisar. Baje la colina que nos separaba del agua estancada, y camine con las piernas temblando, al igual que mis brazos.
No sabia si gritar, quedarme callado, o correr. Medite mis posibilidades. Si gritaba y alguien andaba cerca, me mataría. Si no gritaba y alguien andaba cerca, Cloe o Jade podrían morir. Si corría me podría encontrar con alguien que acabaría matándome.
-¡CLOE!,¡JADE!
No podía creerme que Blade no se hubiese enterado de nada... Pero, ¿Y si era eso lo que querían? Apartarnos, y matarnos cada una por su cuenta. Temblé mas aun. ¿Era eso posible?
- ¡CLOEEE!
Ya no sabia que hacer. Me estaba alejando demasiado de nuestro lugar de encuentro, y en lo único que me fijaba era el suelo. El lugar estaba plagado de las trampas que había hecho anoche... Las trampas... ¿Y si habían muerto por mi culpa? Llene mis pulmones de aire para volver a llamar a mi hermana cuando Jade apareció a mi lado. Instintivamente, moví el brazo con el que sujetaba el cuchillo hacia la chica.  
-Hey, ¿Estas bien? Estas temblando mas que un perrito mojado.-La tierna voz infantil de Jade había regresado, pero ya no lograba engatusarme como antes.
-¿Donde esta mi her... Cloe?-Me mordí la lengua. Casi lo soltaba.- ¿Donde esta Cloe?
Seguía apuntándola con el cuchillo, algo que hizo que pusiese una mueca rara. Ella alzo las manos, como diciendo: "Yo estoy de tu lado, y siempre lo estaré." Ya, claro...
-Hemos bajado a recoger un poco de agua. Se están acabando los suministros. Jasper, Blade y yo no supimos controlarnos. Hoy por la tarde iremos de caza. De verdad Blight, yo nunca os haría daño. Os salve, ¿Recuerdas?
-Si, nos salvaste, y te lo agradezco. Pero lo hiciste por algo. Eso también lo recuerdo, por mucho que me desmayase. Me dijiste que me necesitabas para algo, y aun no se ni para que.
-Te lo diré, ¿ Pero quieres hacer el favor de bajar el cuchillo? Tu dijiste que...
No la escuche mas. Acababa de ver a mi hermana acercándose hacia nosotros, por lo que aun con el cuchillo en mano, corrí hacia ella. La abrace. No se si alguna vez había necesitado el abrazo de alguien mas que aquel. Ella me devolvió el abrazo con fuerza y me acaricio el pelo. 
-¿Estas bien?-Me susurre.
Me force a mirar el suelo, y en concentrarme en que las lagrimas no saliesen de mis ojos.
-Tengo miedo-Ya estaba. Ya lo había dicho. No necesitaba esconderlo mas, ya estaba harto de hacerlo.-Todo el mundo me dice siempre que no debo tener miedo. Pero no lo entiendo. El miedo es algo normal. Siempre he intentado ocultarlo, pero ahora me doy cuenta de lo estúpido que es. Tengo miedo a perderte Cloe. Ahora que te he encontrado no puedo dejarte ir. En cierto modo estar aquí, en los Juegos, es un milagro por haberte conocido, pero no puedo soportarlo mas. Vivo asustado de levantarme un día y darme cuenta de que tu no estas. No creo que fuese capaz de vivir con ello...
Mi hermana me envolvió en sus brazos, y le hizo una señal a Jade. La chica del 1 se retiro, y nos quedamos los dos solos. Lo necesitaba. Me daba igual lo que el resto pensase de mi. Pronto, o ellos o yo estaríamos muertos.
Me limpie algunas lagrimas que habían caído por mis mejillas. No quería llorar delante de ella. Quería decirla que tenia miedo, no demostrar debilidad. Tener miedo y ser débil no tiene nada que ver. 
-Yo también tengo miedo Blight. Lo sabes. Y créeme, yo tampoco podría vivir sin ti. Pero tengo que sacarte de aquí. Hace mucho prometí cuidarte hasta el final, no solo a mama, si no a mi misma. Y no pienso romper la promesa. A partir de ahora, esto se va a complicar aun mas. 
-Lo se, lo se... Pero no quiero que cuides de mi. Quiero que cuides de ti también. Si tengo alguna posibilidad de salir de aquí, quiero ganármela por mi mismo.-Suspire.- Si salgo tengo la impresión de que todo cambiara. 
Cloe me sonrió y me revolvió el pelo.
-Saldrás. Y lo hará. Pero las personas aprenden de los momentos difíciles de la vida. Si todo fuese fácil, nada tendría sentido. Yo he sufrido aquí mucho, pero es donde he aprendido a apreciar la vida, y lo bonito de las cosas del día a día. Como ver cambiar el color del cielo, o observar las chispas de la hoguera. Todo en si es precioso si sabes como mirarlo. 

Cuando Cloe y yo regresamos, Blade ya había despertado. Jade había recogido las cosas y había comprobado que estábamos muy escasos de comida, así que abrió la ultima lata de caldo que quedaba, y nos dio a Cloe y a mi una manzana para cada uno. Mientras que Blade y ella compartían una naranja. La comida fue calmada. Ellas dos murmuraban cosas, yo lo hacia con Cloe... aunque realmente mi hermana intentaba tranquilizarme por todo mas que cualquier otra cosa. Yo se lo agradecía enormemente. Una vez acabamos, Jade se puso en pie.
-Cloe y yo vamos a ir a cazar.-Informo la chica.
-No-Dijimos Blade y yo a la vez. Mis ojos se encontraron con sus ojos azules y volvimos a mirar a Jade.
-Nosotras somos las que mejor cazamos a distancia.-Dijo Jade.
-Y tu no puedes ir Blight, aun estas débil.-Dijo Cloe.
-¿ Y yo por que no?-Se quejo Blade.
-Tu siempre haces ruido al pisar. Asustarías a los animales. Son animales Blade, no personas... Vosotros protegeréis esto.-La dijo Jade.
-Diras que yo lo haré. No creo que el pueda hacer mucho...-Blade me señalo con el dedo indice. Yo puse los ojos en blanco.
-Esta bien, esta bien... nos quedaremos. -Dije al fin. -Pero volved antes de media noche. 

Jade y Cloe partieron nada mas que recogimos las cosas que habían quedado tras la comida. Otra vez, volvía a quedarme a solas con Blade, y no me gustaba. Hoy me negaría a vigilar con ella por la noche. Otra vez, volvimos a sentarnos al lado de la tienda, aunque Blade dejo de lado su afición de afilar sus armas, a utilizar un cuchillo para limpiarse las uñas.
-¿Quieres dejar de mirarme?-Me espeto.
-¿Y que quieres que haga? Esto es muy aburrido. 
-No es mi problema Blight.
-Al menos si quisieses hablar sobre algo...
-Si esperas que te cuente como fue mi infeliz y corta infancia, estas muy equivocada.
-Oye... mi infancia tampoco fue tan feliz como crees.
-Si claro, ¿Te pegaban tus padres?-Pregunto Blade. No conteste, e increíblemente, no sentí pena por no estar en el 7 junto a mi familia. Quería a mis padres, pero mi madre me había mentido durante toda mi vida, y mi padre no siempre me había tratado bien.-Lo siento...
-Es igual.-Dije, y me levante.Me lleve las manos a la cintura e inspire el aire del lugar. Recordé lo que me había dicho mi hermana, disfrutar de las pequeñas cosas en cualquier lugar porque ya no teníamos tiempo. Entonces fue cuando sentí que algo tiraba de mi y me hacia caer hacia delante. Mi cuerpo fue arrastrado hacia atrás mientras yo daba manotazos al aire intentando darme la vuelta y ver lo que ocurría. Una vez me quede quieto, lo comprendí.
- ¿Que haces?-Estaba en shock. Blade me había atado un pie con una cuerda, (¿de donde la habia sacado?), y ahora estaba intentando atarme las manos. Me zafe de ella, pero era lista. Apoyo el cuchillo con el que había estado limpiando sus uñas y lo hundió un poco en el lugar donde tenia mi herida. A pesar del medicamento, aun dolía demasiado. Grite, pero Blade me tapo la boca.
-Aun no... espera.
-Creí que me respetabas.
-No te respeto. Te dije que tu nombre merecía ser recordado, nada mas. ¿Y sabes? Las personas cuyos nombres deben de ser recordados tienen posibilidades de ganar. Solo me se tres nombre en toda la arena. El de Jade, el tuyo, y el mio. Los demás son tan tontos que podrían matarse a si mismos...-Intente quitármela de encima.-Tranquilo, después de ti, ira Jade. Y quien sabe, igual tu amada también.
-Cloe no es mi amada...
-Me da igual lo que seáis.-Me dio la vuelta, de forma que no podía mover un musculo de cintura para arriba.-Perfecto... Esto va a ser tan fácil...
Seguía sin creérmelo. Seguía esperando despertarme de la pesadilla. 
-Blade, por favor...
La chica se burlo de mi. Vi de soslayo como pasaba dos dedos por la hoja del cuchillo comprobando que cortasen. Luego se agacho a mi lado, y me corto en la mejilla. Apenas dolía, pero un hilillo de sangre corría por mi piel. El siguiente fue en el brazo, y dolía mas. Luego en el otro brazo. En la espalda (con la que chille mas alto que ninguna)...
-¿Estas intentando que me desangre?-Pregunte tras el corte en la espalda. Blade se rió. Intuí que eso era un si.-Jade y Cloe vendrán.
-Y tu ya estarás muerto...
Blade se dio la vuelta. Tenia una gran indumentaria de armas tras ella, y deicidi que esa era la mejor oportunidad de atacar contra aquella loca. Como pude, me puse de pie. Me sentía muy debilitado, pero tenia que luchar por mi vida. Como le había dicho a Cloe, esta vez era mi lucha. Blade se dio cuenta de que me ponía en pie, y se giro. Lo siguiente no lo vi venir. Con todas sus fuerzas, me clavo el cuchillo con el que me había cortado en la pierna débil. No justo en la herida, mas arriba, pero aun así mi pierna no funcionaba bien. Tras eso, me rodeo con el brazo derecho la espalda, y me dio dos puñetazos en el estomago. Caí de rodillas, y ella me dio una patada haciendo que cayese de costado.
Aquel era el fin, no había mas.
Me sentía estúpido por haber confiado lo mas mínimo en ella. Me sentía traicionado. Sentía tantas cosas que no podía enumerarlas. Entonces tuve la mejor idea del mundo en aquel instante, tras mucho mirar a la chica del dos que se demoraba en acabar con mi vida. Esta vez, el chico el 7 a quien infravaloraba la ganaría la batalla. Ella estaba justo en la pendiente, al lado de mis pies, y creía que estaba demasiado débil para darme cuenta de nada. Si caía, esto me haría ganar unos cuantos segundos para deshacerme de los nudos. Así que choque rápidamente mi pierna con las suyas. Blade perdió el equilibrio, se cayo, y rodó colina abajo. No era muy empinada, pero bajaba rápido intentando agarrarse a cualquier cosa que encontrase. Perdió su cuchillo mientras descendía, y finalmente, paro de rodar cuando llego al agua. Me arrastre hasta las armas de la tienda para coger cualquier cosa que rompiese las cuerdas, entonces sonó el cañonazo. Me deshice de las cuerdas de las manos, de la del pie, me hice con dos cuchillos y me acerque a la pendiente, en posición de defenderme. Para mi sorpresa Blade seguía allí. Y siguió sin moverse cuando el aerodeslizador vino para llevarse su cuerpo. Luego me encontré solo.
Baje con cuidado hasta donde Blade había estado minutos antes. Todo lo que había pasado en un par de minutos era increíble. Estábamos hablando, y de repente, había tratado de matarme. Me fije en el suelo. Había una roca que sobresalía de la tierra bastante, con una gran mancha de sangre. La sangre seguía camino abajo. Igual ese fue el golpe mortal de Blade.
Suspire mirando al cielo.
Había matado ya a dos tributos. 

2/25/2015

Johanna: Capitulo 56

-Tengo que hablar contigo. Y es urgente.
Blight se hizo camino para pasar dentro de la casa esquivando mi diminuto cuerpo. Miro el techo, las paredes, me miro y suspiro.
-Estoy cenando.
-Es urgente.-Repitió.
Puse los brazos en jarras y pasee la mirada de un lado a otro de la estancia. Levante un dedo, indicándole que esperase unos segundos, y camine hasta la puerta de la cocina. Me apoye en una de las jambas de madera de la puerta y hable muy bajo.
-¿Te importaría acabar de cenar solo Paul? Han venido a verme... Y no creo que logre convencerla de que me deje terminar mi cena.
Mi hermano se levanto, recogiendo su plato y su vaso vacío.
-No, no me importa. De hecho, ya he acabado. Tengo prisa, hoy voy a hacer una jornada de trabajo en el bosque.
-¿Por la noche? Sabes que no necesitamos el dinero...
-No es por el dinero...
-Oh, entonces ¿por que es...?
-No voy a contártelo que me quitas la suerte.-Cogió su cazadora, me dio un beso en la mejilla y paso por mi lado. Últimamente todo el mundo pasaba de mi como si fuese alguien insignificante.-Hola Blight.-Saludo cuando paso al lado del vencedor, y después, cerro la puerta y se marcho.
Sorprendentemente, Blight se llevaba mejor con Paul que conmigo. Todo el mundo se llevaba mejor con Paul que conmigo. ¿Tan difícil era de entender? Willow a veces lo hacia. Y Parker también.
-¿Y bien...?-Pregunte.
Blight parecía estar en otra galaxia. No quería admitirlo, pero su aspecto me preocupaba. Camino lentamente hacia mi.A Un paso. Dos pasos. Hasta estar a menos de medio metro.
-Aquí no. Sígueme.
Blight salio por la puerta por la que poco antes mi hermano había hecho lo mismo. Cogí un abrigo, me lo puse, y le seguí a regañadientes. Sabia por que se dirigía al bosque. Probablemente la casa estuviese pinchada, y si iba a hablar mal del Capitolio, de los Juegos, o algo por el estilo, seria mejor que Snow no se enterase. Camino por el bosque, hasta alejarse tanto de la Aldea de los Vencedores que nos quedamos a oscuras, y el silencio era mortal. De repente se paro. No en un claro, ni nada parecido. Entre dos arboles, con una rama de por medio, separándonos por unos cuantos metros.
-No puedes volver a ese chico.
Se dio la vuelta.
-¿Eh? ¿Que? ¿Perdón? ¿Que chico?-No entendia nada.
-Te vi antes con un chico Johanna. No trates de ocultármelo.
-Ah, Parker...
-No puedes volver a verle.-Me espeto. No pude evitar reírme. Sonaba tan raro reirme en mitad de la oscuridad, bajo el cielo negro...
-Si, ya, claro... ¿solo por que tu lo digas?
-Corre peligro...
-¿A que le clave un hachazo?-Me burle.
A Blight pareció no hacerle gracia, ya que me cogió fuertemente de las muñecas y me zarandeo.
-Hablo en serio. ¿Te crees que soy idiota y no se lo que hiciste en el Capitolio? ¿Envenenar a Snow? ¿De veras creías que iba a funcionar? Creí que eras lista Johanna...-Finalmente, me soltó.-Todos cometemos errores pero... Si no quieres hacerle la vida imposible al chico, no vuelvas a hablarle...
-¿Te crees que eres mi padre para obligarme a hacer algo así? Te lo recuerdo, mis padres están muertos. Soy libre.-Me dolió profundamente decir eso, y nada mas mis palabras salieron de mi boca, me arrepentí. Pero guarde la compostura.
-Y Snow aun cree que tienes el corazón demasiado intacto. Lo de tus padres no fue un accidente. Yo que tu tendría cuidado con las personas que tienes a tu alrededor.
-Ya he pagado el precio...
-Eso lo dices tu. No creo que Snow piense lo mismo...-Se acerco a mi oído, y me susurro algo.- A nuestro presidente le gusta jugar con los primeros amores.
-No estoy enamorada de Parker.-Dije.
Blight se rió por lo bajo, y yo me cruce de brazos.
-Johanna, te advierto, por tu bien. Hazme caso si quieres, y si no, ya te darás cuenta tu sola. Yo he vivido todo esto antes que tu. Lo he sufrido, y te aseguro que he odiado mi vida desde que salí de aquella infernal arena.
-¿Y por que sigues aquí? Viviendo... Sufriendo...
Blight se tomo un rato para responder.
-Porque alguien me dijo una vez que la vida se basaba en las cosas malas que la vida te ofrece, y que si no, los buenos días no serian apreciados.
-Sabias palabras...
-La persona que me las dijo era sabia. Y ahora, por tu bien, espero que me hagas caso. En el fondo sabes que sientes algo por el, y no quieres que le ocurra malo. Ojala pudieses ser feliz con el Johanna, de verdad que lo deseo. Pero es difícil ser feliz después de los Juegos.
-¿Y tu? ¿No has vuelto a sentir la felicidad desde que ganaste?
-A veces me he llegado a sentir infinitamente feliz. Pero desgraciadamente es un sentimiento muy facil de arrebatar, ¿no crees? Toda tu vida es preciosa, y de repente eres escogido para los Juegos. Conoces a un chico estupendo y tus padres...-Hice una mueca.-Descansa Johanna.
Suspire, y me obligue a contestar.
-Descansa, Blight.



2/21/2015

Blight: Capitulo 29

Todo era demasiado tranquilo por la noche, como si en realidad el infierno en el que nos encontrábamos solo fuese una escapada al bosque. Blade no paraba de comprobar y afilar sus cuchillos mientras murmuraba cosas por lo bajo, como: "Les matare a todos." o "Pronto empezara a correr la sangre de verdad, y todos lo verán."
-¿Por que te presentaste voluntaria?-La pregunte, sin pensarlo.
Deje de escuchar el ruido que hacia cuando afilaba las hojas de las armas, y supuse que me miraba. No quería verla, yo solo miraba al frente y vigilaba, con la simple compañía de la luna y las estrellas.
-¿Y a ti que te importa chico del siete?
-Tengo nombre... Y solo lo preguntaba para matar el tiempo. Esto esta muy aburrido.
-Si, quizá deberíamos ir a por tributos desprevenidos... Y por si te interesa, no me importa tu nombre, solo que en una semana estés muerto.
No hable mas. No sabia que pensar de Blade. Era una chica rara dispuesta a hacer lo que fuese por ganar, y sinceramente, en el fondo la temía mas que a nadie. Puede que Jade, Flint, y el resto de tributos fuesen listos y fuertes. Blade también lo tenia, era astuta, solo con verla lo sabias, pero tenia algo mas. Había algo cuando estabas cerca de ella que sabias que podría sorprenderte en cualquier momento. Actuaba como si estuviésemos todos en una alianza de paz, pero en realidad estaba buscando el momento ideal para deshacerse de todos nosotros. Y cada vez quedábamos menos tributos.
Un escalofrío me recorrió la espalda. Me puse en pie, y camine cojeando hacia la caja de suministros. Me aburría. Estaba malditamente aburrido, y hablar con Blade hacia que entrase en un estado de tensión permanente.
-¿Adonde vas?-Pregunto Blade. Era la primera vez que me dirigía la palabra.
-A poner trampas.
-Tenemos comida. Yo que tu no me molestaría...
-No he dicho que sean para buscar comida.
Escuche como de nuevo,Blade volvía a su afán de afilar sus armas.
-Eso me gusta mas. ¿Sabes? Quizás hasta acabes cayéndome bien, Blight. Quizá hasta te dedique un discurso en mi Tour de la Victoria.
Ignore lo ultimo que dijo. No me gustaba hablar del futuro. No ahora.
-Creí que te daba igual mi nombre.-Dije, mientras revolvía en la caja. Lo mas importante, eran las cuerdas, y por suerte Jade y Blade se habían encargado de guardarlas.
-Solo me importan los nombres de los que se merecen ser recordados.-Contesto la chica.
Me eche las cuerdas al hombro y me levante. Un dolor punzante me atravesó la pierna, pero trate de ignorarlo. Volví a caminar cojeando, lejos de Blade, y la tienda de acampada. La verdad era que había mentido a Blade. No quería construir trampas para capturar a la gente. Quería hacer trampas porque no quería pasarme la noche de brazos cruzados. Así que me puse manos a la obra con las trampas mas difíciles que había aprendido durante el entrenamiento. Todos decían que tenia un don para esto, así que,  ¿por que no usarlo? Montaría un par de ellas, luego volvería junto a Blade, despertaríamos a Cloe y a Jade e intentaría dormir.
Empece a hacer nudos y a unir los nudos en las cuerdas, poniéndolas alrededor de las ramas de los arboles y escondiendo las partes de la cuerda que quedaban a la vista bajo una capa de lodo. Fue entonces cuando oí un chapoteo. Me levante sin hacer ruido, con las manos temblorosas. Al principio pensé que era Blade, al ver la coleta morena que se escondía tras los estrechos arboles negros. Pero el corazón me dio un vuelco al ver a la chica del once. Intente recordar su nombre, Flora. Me lleve la mano a la empuñadura del machete sin pensármelo dos veces. La chica tenia muy mala pinta en verdad. Tenia la ropa hecha jirones y la cara demacrada llena de manchas purpureas.
-Hola Blight...-Su voz sonaba fantasmagórica. No acerté a responderla. -Se te ve tan solo aquí... Sin nadie... Yo también estoy sola. Y no lo aguanto mas. Necesito salir de aquí. Como sea.
No me dio tiempo a pestañear cuando un cuchillo volador se clavo en el árbol que había a unos cuantos metros de mi. Había dos opciones, una, o quería asustarme, o dos, era muy mala lanzando cuchillos. Decidí no arriesgarme e intente correr. Pero no me acordaba de que mi pierna no me lo permitía hasta que el dolor volvió. Me arrodille en el suelo por culpa del insoportable dolor, y gracias a eso, no acabe con un cuchillo en mi espalda. Me di la vuelta para verla y me arrastre hacia atrás en el agua pantanosa.
-Si tu te vas yo puedo salir de aquí antes. -Estaba llorando, y me daba verdadera lastima, pero tenia mucho miedo.
- ¡Blade!  ¡BLADE!-Grite. Flora se abalanzo sobre mi, y me tapo la boca con fuerza. La di un golpe intentando soltarme, pero se puso sobre mi. Busque mis armas todo lo rápido que pude, pero ella fue mas veloz y me las quito del cinturón, tirándolas a un lado.
-Lo siento, lo siento de verdad... yo no soy así.
Gritaba aunque tenia la boca tapada. Me deshice de la chica, ya que pesaba poco, y me arrastre por el suelo en busca de mis armas. Pero Flora me agarro por un pie arrastrándome hacia atrás. Sin querer, me llene la boca de agua. Cuando me di la vuelta se la escupí en la cara. La chica se aparto por un momento, en el que me dio tiempo a gritar de nuevo.
- ¡BLADEE!
-¿Quieres callarte?-La chica del once me dio una bofetada fuerte y sonora. La mire con odio.- ¿Estas herido verdad? Por eso no corres...
Me levante con fuerza impactando contra ella, pero Flora me agarro con sus delgados dedos en los brazos y no me soltó. Dimos vueltas por el lodo, chocamos con un árbol, ella saco un cuchillo, lo tire de un manotazo, me grito en la oreja, la di un codazo en la mejilla... Finalmente, cuando estaba mareado de dar tantas vueltas y agotado por intentar quitarme de encima, alguien la aparto de mi. Sacudí la cabeza un par de veces para ver lo que pasaba, y entonces vi a Blade riéndose y tirando de la ropa de Flora lejos de mi. Se la llevaba. Y supe de inmediato que su final no seria agradable.
Volví al campamento cojeando mas de lo normal y con un dolor mas fuerte que antes. Recogí las armas ya afiladas que Blade había dejado donde nos encontrábamos antes y me volví a sentar, apoyándome sobre la tela de la tienda. Al cabo de unos minutos, en la serenidad de la noche, escuche unos chillidos agudos y espeluznantes. Blade había empezado su trabajo. No podía escuchar nada mas que aquellos gritos de dolor, que duraron alrededor de quince minutos. Después, todo volvió a la calma, y Blade regreso, con las manos manchadas de sangre. No pregunte, y ella no dijo nada.
-Deberíamos avisarlas ya. Estoy cansado.
Blade afirmo, y ambos entramos a la tienda. Yo desperté a Cloe, Blade a Jade. Preguntaron que si había ocurrido algo durante la noche. Yo mire a Blade, y la chica me devolvió la mirada con una sonrisa de lado. Negué lentamente. No quería preocupar a mi hermana por nada, y Blade pareció entenderlo.
-No, todo ha sido tan aburrido como siempre.-Respondió la chica del dos.
-Despertadnos al amanecer.-Las dije.
Cloe y Jade afirmaron. Pude notar que Cloe me miraba con una mirada de que sabia que había pasado algo. Luego se dieron la vuelta y salieron de la tienda.
Lo mas bonito del día fue tumbarme en la tienda, enrollandome en las mantas, sabiendo que iba a descansar. Aunque debía de enfrentarme al día siguiente. Suspire. Estos días me estaban matando. No había pasado ninguno en el que estuviésemos tranquilos; Tornados, chicos que querían matarnos, lobos...
Me di la vuelta poniéndome en posición fetal, mirando hacia donde Blade estaba durmiendo.
-No se si estas despierta, pero... gracias. Por salvarme, y por no decir nada.
-No las des, al menos me he divertido con la chica esa... Se que oíste los gritos.
Odiaba cuando Blade se ponía así. Sugiriendo que ella era una amenazadora asesina. Volví a darme la vuelta y cerré los ojos. No quería pensar, solo dormir.
-Si, los oí.-Dije finalmente, antes de que me encontrase en el escenario de una de mis pesadillas.



2/15/2015

Blight: Capitulo 28

Jade caminaba en primera fila, marcando el camino. Blade, estaba detrás de nosotros, rechinando los dientes y murmurando cosas desagradables por lo bajo. No llevábamos ni media hora caminando, cuando Cloe empezó a ralentizar el paso. Tenia un brazo sobre sus hombros, y aunque intentaba andar por mi mismo, no podía. Cloe me estaba llevando a rastras, y yo pesaba mas que ella. Seguía perdiendo sangre a un ritmo muy rápido, y Cloe temía por mi vida. No se fiaba ni de Jade ni de Blade, pero la habían prometido salvarme, y eso era lo único que mi hermana quería. Salvarme la vida.
-¿Queréis ir mas rápido? Ya ha amanecido y ni siquiera estamos cerca del refugio.-Rugió Blade.
-No puedo...-Musito Cloe. Acto seguido, Blade la empujo por detrás. Los dos caímos al suelo. Algo parecido a una descarga eléctrica me recorrió la pierna, haciendo que me retorciese de dolor mientras gritaba. No hice caso a nada mas que al dolor. No hice caso a Cloe, ni a las voces que Jade dedicaba a su aliada del dos. En esos momentos, quería estar muerto. El dolor era demasiado insoportable. La muerte era mas fácil.
Algo hizo que me diese cuenta de que ya no solo Cloe estaba a mi lado.
-Cloe, apártate por favor...-Dijo la voz de Jade.
-No...-Dijo mi hermana, fría.
Una de las chicas debió de apartar a mi hermana a la fuerza, ya que pude oír quejas y gritos, acompañados de insultos. Sentí el roce de la piel contra mi oreja, y un aliento cálido en mi oído.
-Quizá me odies por lo que voy a hacer, pero vamos a poder llevarte mas fácilmente, y creerme, yo...
No pude escuchar nada mas de lo que Jade me estaba diciendo. Acababa de introducir uno de sus dedos en la herida abierta. Agarre uno de los brazos de Jade con mucha fuerza, como si así el dolor fuese menor. No se cuanto tiempo duro hasta que todo lo que veía se empezó a volver negro, hasta que no vi nada. Me deje llevar por la inconsciencia, tan ajena al dolor.

Me desperté en medio de la oscuridad, poco a poco. Había tenido varias pesadillas mientras dormía, pero la peor había sido la ultima. Había soñado que era el ganador de los Juegos, pero que cuando llegaba a casa, me decían que Rosie había muerto en ellos. Y aparecían imágenes en una pantalla en la que debía de haber aparecido Jade conmigo, pero en lugar de Jade, era Rosie. Me calme al darme cuenta de que estaba en los Juegos. Me frote la cara con las manos, y suspire. Mire el lugar. Estábamos en una tienda de campaña, era bastante grande y... Jade. Jade estaba allí. Me fije bien en su cara. Si, era Jade.
-Al fin despiertas... Ya era hora, a vuelto a oscurecer.
-Últimamente vivo mas de noche que de día.-Intente incorporarme sobre mi brazo, pero dos cosas me detuvieron. Una, los pinchazos que sentía en la pierna, y la segunda, darme cuenta de que no tenia ni camiseta ni pantalones. Me volví a subir la manta hasta el cuello. Jade se dio cuenta y suspiro.
-Fui yo la que te curo la pierna y ya te he visto semi desnudo, así que no tiene sentido que te tapes con la manta. Pero si te sientes mejor...
-¿Curar? ¿La pierna? ¿Con que?
-Con las medicinas que nos enviaron para Jasper.-Dijo Jade, tranquila.
-Entonces no funcionaran. La herida de Jasper no eran nada en comparación con esto.
-¿Como lo sabes?
-Porque vi como se la hizo.
Nos quedamos en un silencio incomodo, y Jade se acerco a mi, apartando la manta del lado de la pierna y comprobándola.
-Cloe esta fuera con Blade, montando guardia.
Asentí.
-¿Esta muy mal?
-Te lo he dicho... vas a vivir...
-Pero, ¿Y Jasper?
Jade miro incomoda a sus lados, y luego se tumbo a mi lado, tapándose con la manta al igual que yo. No me gustaba compartir mi manta con Jade. No después de lo ocurrido. No sabia si confiar en ella o no.
-Tengo aprecio a mis amigos, pero no soy tonta, ¿Sabes? Jasper sabia que yo era una rival difícil, al igual que yo sabia que Jasper tenia mucho potencial. Por eso le mate. Juntaba la medicina con veneno en un cuenco y le decía a Blade que se lo diese. Blade no sabe nada... De todas formas, se que Jasper intentaría matarme en cuanto se le presentase la ocasión, al igual que Blade.
Se me heló la sangre mientras Jade me contaba lo que le había hecho a su compañero de Distrito.
-¿Por que?
-Mi hermano me quiere a mi como vencedora. Siempre me ha obligado, desde pequeña, a ser de las mejores. A mi, y a mi otro hermano. ¿Recuerdas los Juegos del año pasado, verdad? Mi hermano era uno de los dos chicos que fue. Y murió. Murió por culpa de Ben porque le obligo a ir. Igual que a mi.-Hice un esfuerzo y recordé los chicos de los anteriores Juegos, entonces un nombre apareció en mi mente.
-¿Martin Monroe?
-Si... el era mi hermano, ademas de Ben. Ben le considera como una deshonra para la familia, como lo hará conmigo si no gano. Desde que gano los Juegos, y mi madre...-Se callo durante un momento.-... es el quien nos cuida. Y aunque nos haya cuidado, le odio, y le tengo miedo... Aunque supongo que muy en el fondo le quiera.
-¿El te obligo a ser voluntaria?
-Eso, y que llevo toda mi vida preparándome para esto. De verdad, -Cogió una de mis manos y me la puso a la altura de su corazón.- si no soy yo quien logre salir de aquí con vida, espero que seas tu. Me recuerdas a Martin, a mi hermano... En su forma de ser, tan... como tu.
Nos quedamos un rato mirándonos a los ojos. Intente pensar en algo con coherencia que podía decir, y cuando abrí la boca para decir algo, un grito de miedo rompió el silencio.
Jade salio disparada, dejando la manta por el suelo. A mi me costo algo mas ponerme de pie, pero sorprendentemente podía mantenerme en pie. Salí afuera dando saltos tan rápido como pude y me encontré la escena de Jade agarrando por la cintura a Blade, que tenia en las manos un cuchillo, demasiado cerca de la cara de Cloe. Estaba harto de todo esto. De todo el caos. ¿Se suponía que ahora estábamos juntos en esto no? Entonces, ¿Por que nos matábamos entre nosotros?
-¡Eh!-Grite. Pero nadie me hizo caso.-¡Eh!-Volví a gritar. Los gritos de las chicas seguían superando mi voz. Reuní todo el aire en mis pulmones y grite lo mas fuerte que pude. -¡EHEEEE!
Los ojos de Blade se centraron en mi. Los de Jade también. Los de Cloe solo por un segundo, luego retrocedió alejándose de las otras dos chicas y corrió hacia mi. Cuando llego a mi altura me abrazo entre lagrimas.
-¿Estas bien?-La susurre al oído. Ella asintió, sollozando.
Me apoye un poco a ella y mire a Jade y a Blade. Ya me daba igual estar sin pantalones. Estaba cansado de todo esto. Así que hable, casi gritando:
-Hacedme caso. Estoy harto de porque seamos del siete nos consideréis inferiores. Vosotras queréis cosas de nosotros, ¡Genial! Tendremos condiciones para eso. Se acabo eso de intentar matarnos cada vez que nos demos la vuelta. Y hablo por ti, Blade. Si vuelves a tocar a Cloe, yo mismo me encargare de matarte.
-¿Te crees que tienes el poder sobre nosotras solo porque...?
-¡CÁLLATE!-Aunque no me lo esperaba, Blade se callo.-Haré cualquier cosa para salir de aquí, al igual que vosotras. Somos listos, y somos fuertes. No nos infravaloréis, tal vez os sorprendamos. Las cosas van a cambiar. Os comportáis como si ahora no fuésemos aliados, pero lo somos. Ahora si, así que... Si alguno de nosotros intenta hacer daño a otro, se puede dar por muerto.
Me sentía mucho mas mayor ahora. Había dejado atrás mi faceta de chico asustado y observador y había pasado a la acción y tomado las riendas del grupo. Jade, quien a mi vista parecía de ser la controladora de todo esto, se había quedado callada, mirando a sus pies y asintiendo.
-Cloe, vete a dormir. Jade, tu también. Yo haré guardia con Blade.
Mire a la chica, y esta me dedico una sonrisa poco amistosa.
-Pero...-Se quejo Cloe.
-¡He dicho que descanses! Una de vosotras con uno de nosotros, siempre. Yo ya he dormido bastante por hoy, os despertaremos en cuatro horas o así.
Entre en la tienda para buscar mi ropa. Me puse los pantalones, las botas, la camiseta y el jersey. Cloe estaba acostada en el mismo sitio donde yo había estado antes. Me acerque a ella sin apoyar el pie en el suelo y la di un beso en la frente.
-Todo saldrá bien.-La prometí.
-Tengo miedo.
-Yo también.
-No lo parece... Ahí fuera. Has estado bien, Blight. -Ella sonrió.-Te quiero.
-Yo también.
Justo en ese momento, entro Jade, la cual miro a Cloe de una forma acusadora.
-Hora de dormir. Apagad el fuego y las linternas. Encenderlas solo en caso de que creáis que hay algún peligro.-Dijo Jade, dándome una linterna.
-Dormid tranquilas.
-Lo haremos.-Jade me sonrió.
Salí de la tienda. El aire de la noche era cálido. Estábamos en una especie de elevación del terreno, y a lo lejos parecía como una isla, rodeada de agua. Mire a Blade, que estaba apoyada en la tela de la tienda, y me senté junto a ella, en medio de la oscuridad. Ella me miro con sus ojos azules y me sonrió.
-Eres rara.-La espete.
-No te fías de mi, ¿eh?
-¿Debería?
Blade empezó a reírse de una forma tan siniestra, que los aullidos de los lobos volvieron, y mi pierna comenzó a dolerme otra vez, como si las medicinas hubiesen cesado de funcionar.

Johanna: Capitulo 55

Estaba nerviosa. Muy nerviosa. Nunca había estado tan nerviosa por quedar con alguien. A pesar de que Willow se había esforzado en contarme sus sentimientos y alguna que otra cosa mas, yo había sido incapaz de hablar de Parker con ella, porque no sabia verdaderamente lo que sentía por el. Y ademas, mi amiga, tan optimista como de costumbre, se hubiese montado un precioso cuento de hadas y al final no pasaría nada de lo que mi imaginación hubiese creado.
Tenia tiempo hasta las siete de la tarde, así que, por una vez en mi vida, abrí el armario importándome lo que iba a llevar. Me desilusione al verlo. Casi toda mi ropa, era tan extravagante para el 7 que no podía ponérmela. La otra parte era demasiado oscura. Siempre iba con ropa oscura, y no quería que Parker creyese que era una quedada como siempre. Y la ropa que quedaba, era demasiado alegre para mi. Cogí un trozo de tela rosada con florecitas estampadas entre mis dedos.  La Johanna de antes de los Juegos se lo hubiese puesta. Esta Johanna no. Solté la tela de inmediato.
"Quizá Willow si tuviese razón, quizá ya no sea la misma..."-Pensé, y mire por la ventana, hacia el bosque.- "Ademas, ¿Desde cuando me importa tanto la ropa?"
Sacudí la cabeza y me metí en la ducha. La ducha era mi lugar favorito para pensar, pero esta vez, decidí no hacerlo. Dejar la mente en blanco era la mejor opción.
Pase allí tanto tiempo que se me crearon surcos en las yemas de los dedos. Cuando salí, me envolví en una toalla, me seque el pelo, y me lo recogí en una coleta. Luego volví al armario, y me puse lo primero que saque. Y aunque al principio no me convencía mucho la camisa de color caqui con los pantalones negros, al final fue lo que lleve al encuentro con Parker, junto con las botas de caballo.
Cuando llegue a la sección donde Parker me había dicho, me encontré sola. El sol se escondía entre las ramas de los arboles, el cielo era de un color rojizo, y hacia algo de frío. Me arrepentí de no haber sido previsora, y haber cogido una chaqueta. En el 7 siempre hace frió.
De repente tuve la sensación de ahogarme. O como a cuando a un claustrofobico le meten en un sitio pequeño. No podía respirar. Me sentía como si estuviese de nuevo en la arena de los Juegos, pero sin armas. Mire a mi alrededor y cogí una rama afilada que estaba a mis pies, como si fuese un puñal. Me senté en una roca, con los brazos rodeándome las rodillas que estaban en mi pecho, y me obligue a tranquilizarme. Entonces escuche una rama partirse, y me sobresalte. Empuñe la rama con mas fuerza, mirando a todos lados. Parker apareció corriendo por el camino contrario por el que yo había llegado, jadeando. Cuando me vio apuntándole con la rama, levanto las manos.
-¡Uo! Soy yo, soy yo... -Respiro fuerte un par de veces, y apoyo las manos en las rodillas.- Siento... haber tardado un poco... El trabajo se hizo largo...-Camino hacia mi y se sentó en la roca en la que estaba. Yo intente guardar la rama que había usado como daga sin que Parker se enterase, pero sin éxito. -¿Que hacías con esa rama seca? ¿Pensabas matarme?
Intente sonreír, pero debió de salirme una mueca horrible.
-No... Em... Solo estaba...
-No eres buena con las mentiras, ¿eh?
Suspire.
-A veces...-Me costaba decirlo como si fuese algo natural. No se lo había contado a Willlow. De hecho, la única persona que lo sabia era Paul, y Blight, pero Parker me transmitía una confianza infinita.- ...tengo una especie de alucinaciones. Pensaras que estoy loca, y no te lo voy a negar, a veces yo también lo pienso... Suele pasarme mientras sueño. Odio dormir. Siempre son pesadillas. Sobre la arena. Sobre todo lo que ocurrió, y no puedo quitármelas de la cabeza. -Suspire, y pensé: "A veces de como Snow amenazo y mato a mis padres." Pero no puedo decir eso, porque puede Snow este observando, otra paranoia que tengo.-Y es peor cuando no estoy dormida. A veces incluso aparecen el la vida real, como ahora. Te estoy esperando, y entonces me parece que estoy en un bosque de los Juegos, y que un tributo vendrá a por mi. Que Cliff vendrá a por mi. Eso es lo peor. Murió por mi culpa.-Las lagrimas empezaron a caer por mis mejillas. Aun no podía hablar de mi aliado sin llorar.-Porque le podría haber salvado...  Estoy segura de que...
No pude acabar la frase. Parker había cogido mi cara entre sus manos y me había besado. Nunca había besado a nadie. Nunca había pensado en ningún chico como en Parker. Y tampoco sabia lo que sentía por Parker. Pero tampoco sabia si en realidad era yo la que quería no saber si sentía algo por el chico. Últimamente, intentaba apartarme de todas las personas con las que no había tenido mucho apego, y centrarme mas en las realmente importantes. Entonces, ¿Que era Parker para mi?
Parker se separo lentamente. A primera vista, parecía decepcionado.
-Lo siento...-Se disculpo.
-No me lo esperaba... Es solo eso...
-Creí que igual podíamos...
-No se si estoy lista para querer a alguien de esa forma Parker, es simplemente eso. Tengo miedo. Estoy asustada todo el día.
-Lo siento.
-No lo hagas. No es tu culpa.
-Te acompañare a casa...-Dijo Parker, levantándose y tendiéndome una mano a mi para levantarme. La agarre, y me impulse.
Caminamos en silencio por el camino de gravilla que conectaba a la Aldea de los Vencedores. Me sentía mal por Parker. El estaba ilusionado de que yo le respondiese de una forma bonita, como Willow hubiese esperado que hiciese si supiese algo de todo eso. En cambio, no le había dicho nada, ni que si ni que no, y tal vez eso sea algo peor que un "no" para el. Yo no sabia nada sobre el amor, ni de temas por ese estilo. Willow me contaba lo mal que se sentía cuando un chico la gustaba y este pasaba de ella. Suponía que tenia que ser un mal sentimiento. Pero yo me limitaba a observar, nunca a sentir nada.
Llegamos a mi casa. Subí los escalones que daban al porche. Parker no subió. Se limito a meter sus manos en los bolsillos del pantalón y balancearse con los pies.
-Bueno... Supongo que nos veremos mañana, ¿no?
-Si, supongo...
Me cruce de brazos y mire al suelo. Parker también miraba al suelo. Tenia miedo de decir "adiós", y que esa despedida significase el fin de nuestra amistad. Sabia que Parker también pensaba en eso, por eso nos quedamos callados varios segundos. Demasiado sin decir absolutamente nada. Finalmente, Parker rompió el silencio.
-Entonces... ya nos veremos...
Se dio la vuelta, y camino con paso lento hacia el bosque. En dirección opuesta a mi.
-¡Parker! ¡Espera!
Ni siquiera había pensado en decir eso, pero ya estaba corriendo hacia el. El chico se había dado la vuelta, sin entender nada. Me abalance sobre el y le abrace fuerte durante unos segundos. Cuando me separa un poco, le di un rápido beso en los labios, seguido de una sonrisa por mi parte, y volví a mi casa corriendo. Antes de cerrar la puerta, le vi sonriendo mucho, aun mirando hacia mi casa.

Estaba cenando con Paul cuando llamaron a la puerta. Dos golpes secos. Me levante y fui a abrir, y me encontré a un Blight que parecía estar de mal humor. No hablaba mucho con Blight últimamente. Nuestra relación era rara. Muy rara.
-¿Que haces aquí?-Pregunte sorprendida.
-Tengo que hablar contigo. Y es urgente.

2/07/2015

Blight: Capitulo 27

Uno se lanzo sobre mi, tirándome al suelo. Sentía un ardor doloroso en la espalda, pero lo ignore, ya que estaba en un momento de vida o muerte y cualquier tontería me llevaría a la segunda opción, bastante poco deseada por mi.
Había puesto el machete verticalmente delante de mi, de modo que el lobo no podía atacarme de frente a no ser que quisiese cortarse el cuello. Era fuerte, y su pútrido y caliente aliento estaba justo en frente de mi cara. Sus ojos amarillos destacaban en su pelaje negro, y me miraban locura.
-¡Cloe! -Gritaba- ¡Cloe, ayúdame, por favor!
Notaba la sangre espesa correrme por el brazo izquierdo. Mi mano izquierda estaba en la hoja del machete, apretándolo fuertemente, de modo que me había cortado y había empezado a sangrar mucho. La hoja del machete estaba ensangrentada también por el cuello del lobo. Le mire con furia.
-Ahora mismo no puedo Blight...-Dijo, seguido de un aullido de dolor por parte de una bestia.
"Piensa deprisa, actúa rápido"-Pensé.
En el momento en el que el lobo decidió atacar de nuevo, y acercarse demasiado al machete, retire el arma verticalmente, de modo que le corte el cuello. El lobo se desplomo en el suelo, moviendo las patas débilmente, y yo rodé sobre mi mismo para escapar de allí. Pero antes de poder incorporarme, tenia a otro animal encima. Le atravesé con mi arma sin darme cuenta. Me deshice de su cuerpo con una patada y me reuní otra vez junto a Cloe, espalda contra espalda.
-¿Cuantos hay?
-Yo que se. Cada vez mas, yo creo.
Un lobo se tiro encima de ella. Yo ahogue un grito cuando vi que mi hermana le clavaba un cuchillo en el ojo y el animal salia corriendo despavorido y lastimándose.
Vi que se acercaba uno y le amenace con el machete, mostrandole los dientes. Cloe se rió. Solo alguien como ella podría reírse en estas circunstancias.
En un momento de descuido, volvía a tener a otro lobo, esta vez de color blanco, sobre mi. Este me araño en la pierna izquierda, (en la que tenia la cojera), despedazandome la piel. Un grito desgarrador salio de mi garganta, y pude notar que me quedaba sin fuerzas.
Dolía. Dolía mucho. Las lagrimas se empeñaban en nublarme la vista, pero no podía rendirme ahora. No podía dejar a Cloe sola. Doble el codo, dándole al lobo en todo el hocico, y con el cuchillo, le corte la garganta. Cayo, al igual que el primero. Me quede a cuatro patas intentando levantarme, pero no podía. El dolor en la pierna, era insoportable. Me senté un momento, solo un momento para observar la herida. La piel ensangrentada colgaba por ambos lados de la pierna y pude contemplar algo blanco. Temí que fuese el hueso, entonces me maree y me entraron arcadas. Una vez que me recompuse un poco, volvi a coger el machete y el cuchillo con fuerza, y busque dentro de mi todo el valor que tenia. Me puse en pie poco a poco, sin apoyar la pierna izquierda. Ardía. Ardía tanto aquel dolor que incluso casi no lo notaba.
Me quede de pie, sin moverme, esperando a mis atacantes. Todos se estaban moviendo en circulo, en el mismo sentido. Ahora, todos atacaban a Cloe, no a mi. Todos moviéndose en el mismo sentido que las agujas del reloj, y cuando Cloe mataba a uno, otro ocupaba su puesto. Y de repente, otro lobo aparecía en el circulo.
-Mutos...-Susurre.- ¡Cloe, son mutos!
-¿Que?-Me miro desorientada. Me miro por una fracción de segundo, y un lobo se abalanzo sobre su cuerpo.
Cloe gritaba, y trataba de quitárselo de encima.
¿Por que ya no me atacaban a mi? ¿Por que me habían dejado en paz? Era el mas débil en todo esto. Los gritos de mi hermana eran desgarradores, como si la estuviesen torturando. Intente correr hacia ella, pero mi pierna me lo impedía. El dolor seguía allí. No me dejaba pensar en nada mas.
"Dolor, dolor, dolor"-Era lo único que mi cabeza me permitía pensar.
Me fije en aquel cuerpo frágil, suplicando por su vida, y me arrastre con los brazos hacia ella. Quizá muriese también. Tal vez moriríamos los dos. Pero tenia que hacer algo, y quedarme a unos escasos metros mirando no era una opción. Poco a poco, veía como mi hermana perdía fuerza, y se dejaba ganar, entonces, una flecha impacto contra el cuerpo del lobo. Este se desplomo sobre Cloe, aplastando la mayor parte de su cuerpo. Cloe, a pesar de que el animal ya estaba muerto, seguía llorando y gritando.
Me había quedado de piedra. Mire hacia donde la flecha provenía, y en lo alto de una roca, vi ondeante el pelo dorado de Jade recogido en una coleta, flanqueada por Blade. Jade llevaba unos pantalones grises, y una cazadora del mismo color. Blade llevaba pantalones y camiseta negros, y una sudadera granate. Ambas llevaban un carcaj de flechas, Jade con un arco y Blade con una ballesta.
Ahora sabia por que los lobos habían dejado de atacarme. Iba a ser mas interesante lo que Jade hiciese conmigo. Cloe, por fin, pareció entender que el lobo había dejado de atacarla, aunque todo los demás se habían quedado expectantes de la flecha que había matado al otro. Rodo sobre misma, y me vio, tumbado boca abajo.
-¡Blight!-Chillo. Debió de haberme visto la pierna. La verdad, no tenia buen aspecto. La mire, con miedo. Parecía no haberse percatado de Jade y Blade, y si las había visto, su presencia parecía importarle lo mas mínimo. Cloe tampoco se veía bien. Tenia una herida en la cara, desde la barbilla hasta la oreja derecha. Parecía profunda, y apostaría a que si salia de aquí, la dejaría una marca de por vida.
Pasee la mirada desde mi hermana hasta Jade y Blade. Sacaban sin cesar flechas de sus carcaj's, y disparaban contra los lobos. Los animales morían sin ninguna resistencia, y sin moverse del sitio. Parecía que su deber, era quedarse allí y morir.  Me arrastre, mientras Jade y Blade estaban ocupadas. Cloe se levanto, y corrió lo mas rápido que pudo hacia a mi. Cuando llego a mi altura, se arrodillo frente a mi, cogiéndome la cara entre las manos.
-¿Que te han hecho? ¿Estas bien?-Estaba llorando desconsoladamente.
-Estoy... bueno... tenemos que salir de aquí. -Señale con la mirada a las profesionales del uno y del dos.
-No, no podemos, ya nos han visto.
-Intentarlo.
-¿En tu estado? Blight, no te mueras, por favor.
-No lo voy a hacer.
-Hablo en serio. Tiene mala pinta. Muy, muy mala pinta. ¿Y la medicina? Tenemos que encontrarla.
-Cloe, la medicina cayo junto al resto de nuestras cosas cuando la montaña se derrumbo.
-Hay que encontrar la medicina.
-Cloe, es imposible, ¿vale?
Mi hermana suspiro, intentando asumirlo todo.
-Enviaran mas.-Dijo finalmente.
-Si claro...-Respondí. Cloe me miro con pena, e intente cambiar de tema.-¿Y tu cara?
-¡Da igual mi cara! ¿Vale?
Cloe estaba temblando, y las lagrimas corrían estrepitosamente por su cara, llena de suciedad y sangre.
Todo quedo en silencio por un instante. Un simple instante. No se escucho el ruido del arco al tensarlo, ni las las fechas deslizarse por el cielo, ni los lobos lamentándose... nada de nada.
Mire a Cloe, y luego a la roca donde debían de estar Jade y Blade, pero no había nadie. Mire por la oscuridad de la noche, y las volví a ver. Ahora estaban a pocos metros de nosotros, con los brazos en jarras. Alrededor, ya no había lobos, al menos, vivos.
-Os venís con nosotras.-Dijo Jade.
Volví a mirar a Cloe.
-¿Por que no nos matas aquí y ya esta?-Protesto Cloe.
-¿Ves? Incluso ellos son listos y piden que les matemos.-Dijo Blade en un tono bastante elevado a los susurros que usábamos nosotros. Jade prefirió ignorarla.
-Andando.-Ordeno la chica del uno.
Cloe se puso de pie, y me ayudo a mi a ponerme levantarme. El dolor seguía ahí, y andar, seria una tarea difícil, casi imposible. Me acerque al oído de mi hermana y susurre algo.
-No puedo caminar así...-Dije. Mi voz sonaba rota, como si fuese a llorar. Me aclare la voz. No podía demostrar debilidad.
-No te preocupes, yo te ayudare.
-No podrás soportar mi peso mucho tiempo...
-¡Venga!-Grito Blade.-Esta a punto de amanecer, y nosotros aquí. Como alguien llegue a la tienda...
La chica del dos se adelanto, poniéndose de nuevo junto a Jade.
-Jade...-Dije. No me atrevía a mencionar a Blade.- Matadme. Aquí, y ahora. Seré un incordio para vosotras. No puedo caminar. Cloe sabe muchas cosas, os ayudara.
Cloe me miro con pánico. De no haber estado en un estado de salud tan pésimo y en una situación tan llena de tensión, hubiese apostado a que me hubiese dado un codazo en las costillas.
-Encantada...-Dijo Blade con una sonrisa maliciosa en su boca, sacando una espada que llevaba colgada de la cintura.
-Blade, para.-Ordeno Jade. Luego camino hacia nosotros, se puso en frente de mi y me levanto la barbilla.-Tengo otros planes mejores para ti.



2/05/2015

Blight: Capitulo 26

La altura de la caída no era muy alta, aun así, aterrizar sobre piedras no era algo que quisiese repetir.
No veía nada. Todo estaba completamente a oscuras y la luna iluminaba poca cosa. Me sentía fatigado y acalorado. Tenia un dolor horrible en la espalda, los brazos, y la pierna izquierda, pero al menos, no tenia nada roto. Hice rodar mi cuerpo por las piedras, y me arrastre por ellas para buscar a Cloe.
Me sentía mal por no haber pensado en mi hermana antes, pero estaba tranquilo, (todo lo tranquilo que uno puede estar en los Juegos), ya que no había sonado ningún cañonazo.
-Cloe...-Susurre. Note la garganta seca y mi voz mas grave de lo normal. Tosí para aclararme la garganta, y seguí arrastrándome. -Cloe, por favor, respóndeme...
Nada. Ni siquiera un ligero movimiento.
Avance mas rápido hacia ella. Estaba tumbada de lado, y no se movía, pero su pecho subía y bajaba, por lo tanto, estaba viva.
-Cloe...-La llame.
Con cuidado, me senté a su izquierda, y la cogí por los hombros poniéndola sobre mi regazo lentamente, y dejando su cabeza descansar sobre mi hombro. La aparte el pelo de la cara y la abrace con fuerza. No podía hacer nada mas. No teníamos nada, salvo las armas. Volvíamos a comenzar de cerno de nuevo.
Ella había sido fuerte, me había cuidado cuando yo había estado inconsciente. Ahora, era mi turno.
Odiaba estar así. Solo. Y en parte, me sentía egoísta.
Sabia que no podíamos vivir los dos, y quería con todas mis fuerzas que Cloe saliese de los Juegos. Era mi hermana, por fin la había encontrado, no podía morir. Pero a la vez, yo quería salir de allí también. Me sentía la peor persona del mundo, porque sabia que el principal objetivo de Cloe era sacarme de allí, en cambio, mi principal objetivo siempre era mantenernos a salvo a los dos durante un minuto mas. Nunca sin escoger. Nunca sin arriesgarme. Siempre dejando que la suerte hiciese su jugada.
Sin mas, empece a llorar. No me importaba que la gente me viese, lo necesitaba. Necesitaba desahogarme. Tenia un gran cumulo de emociones dentro de mi que no podía compartir con nadie, ni siquiera con Cloe, porque pensaría que soy un desagradecido.
Los primeros rayos del sol comenzaban a despuntar por el horizonte dejando surcos rosados por el cielo.
¿Cuantos amaneceres me quedaban? ¿Cuantos nos quedaban a los dos?
Era el amanecer del cuarto día.
Seguí sumido en mis pensamientos durante horas hasta que decidí hacer algo.
Cogí a Cloe en brazos,(un gran alivio tras el peso de Eldan), y camine con mi cojera en la pierna izquierda, con el propósito de llegar hasta el suelo encharcado. No estaba lejos de aquí, y con suerte podría encontrar algo para comer, ya que me moría de hambre. Llegue allí mas o menos una hora después, dejando a Cloe sobre nuestras chaquetas. No quería que se mojase, ya que si luego bajaba la temperatura, se quedaría fría y podría ponerse enferma. Ademas, no tenia recursos suficientes para hacer una hoguera, e ir hasta el bosque del pantano con Cloe en brazos y con la pierna dolorida no era una buena idea. Me fije en Cloe, y me percate de que tenia una herida en la cabeza, lo cual me puso muy tenso.
Escarbe en la tierra húmeda durante horas, y di con una especie de caracoles. Al principio, los mire asqueado y casi los tiro, pero tenia un hambre tan feroz que al final termine comiéndomelos crudos sin pensármelo. Luego, al recapacitar, me entraron arcadas. Pero el hambre seguía ahí. Los caracoles no servían de mucha ayuda con su pequeño tamaño. Lo que mas me desquiciaba era el agua. Estar rodeado de agua y no poder probarla. Me acorde de la excelente idea de las raíces de Cloe y me puse a buscar, pero un cañonazo me sorprendió en mi búsqueda. Rápidamente fui a mirar a mi hermana, al verla respirar, se me tranquilizo el corazón de nuevo. Quedábamos doce. No me preocupe.
 Con suerte, encontré algunas raíces que  estaban empapadas de agua, pero no eran tan buenas como las que Cloe había encontrado el primer día. Me lleve un par a la boca y decidí guardar varias mas en los bolsillos para la posteridad y para Cloe. El día acabo bastante rápido, así que cuando me percate de que el sol descendía por el cielo despejado a una gran velocidad, sentí la imperiosa necesidad de regresar a las rocas caídas de la montaña. En menos de dos horas, la arena volvía a estar sumergida en la oscuridad de la noche.
Decidí no dormir, pese a que la noche anterior tampoco lo había hecho. Pero el día anterior había dormido una noche entera y la mitad del día, así que eso me dio algunos ánimos. Me senté en el suelo, apoyando la espalda en una roca y volví a dejar a Cloe sobre mi, acunándola, dándonos calor el uno al otro. Esta noche seria mas fría, sin fuego. El himno de Panem sonó, proyectando la imagen del tributo muerto en el cielo. Me sorprendió ver la imagen de Jasper, y eso me hizo pensar en Jade. ¿Que seria de ella? Cuando la imagen desapareció del cielo, todo quedo calmado, y pude contemplar las estrellas.
Respire hondo y me permití admirar la belleza del lugar.
"A Rosie le hubiese gustado esto."-Pensé.-"No los Juegos, sino esto. Estar aquí, conmigo, contemplando las estrellas en mitad de la noche. En verano siempre se quejaba de que nunca la llevaba a ver las estrellas. De aquella pensaba que era una chorrada. Ahora seria un buen recuerdo que podría recordar cuando estuviese muerto. Que positivo, Blight..."
Y eso fue lo ultimo que pensé antes de cerrar los ojos y quedarme dormido.

Sorprendentemente, fue una noche con sueños. Y con sueños bonitos. En ellos, aparecía Rosie intentando convencerme de las cosas que deberíamos hacer en el verano mientras paseábamos por las abarrotadas calles del Distrito 7, y yo me quejaba por que eso en realidad solo eran modas. Ella se quejaba por mi pesimismo y fingía un enfado.  Yo me reía de su actitud, pero finalmente la rodeaba la cintura con el brazo y la daba un beso diciéndola: "Haremos todo lo que tu quieras."  Y ella me respondía: "No hace falta si no quieres." Y así, un día tras otro, sin avanzar, hasta que el verano termino, y las noches empezaron a ser demasiado frías como para salir fuera a observar las estrellas.

Un aullido que me heló la sangre, hizo que me despertase de un salto. Había sonado cerca. Demasiado cerca. Llevaba escuchando aullidos lejanos durante tantos días que ya ni me sorprendían, pero este hizo ponerme la piel de gallina.
"Menudo vigilante estas hecho. Te has dormido..."-Pensé para mi.
-Bl-¿Blight?-Pregunto una voz temblorosa. Mire hacia abajo y vi los grandes ojos marrones de mi hermana mirándome de una manera distinta. Sus ojos reflejaban miedo, algo que ella siempre pretendía ocultar. Parecía estar llorando.
-Hey, ¿Estas bien? ¿Llevas mucho tiempo despierta? ¿Tienes hambre? ¿Sed? Tengo raíces. Perdón por no ayudarte, yo solo...
Cloe negó con la cabeza y yo me calle.
-No, acabo de despertarme...-Se encogió sobre mi pecho.- ...y estoy bien. Salvo la cabeza. Me duele muchísimo la cabeza.
-Creo que te golpeaste en la cabeza al caer. Tienes una herida...-Se palpo las sienes haciendo un gesto de dolor y después empezó a respirar muy rápido. Las lagrimas no tardaron en caer.
-Tengo miedo...-Se limpio los ojos.-Ya esta, ya lo he dicho. Y... y... no se que hacer, nunca. Y por mi culpa te pasan cosas así y yo nunca se lo que hacer Blight. Estoy perdida en esto.
-Oye... nada de esto es tu culpa. De hecho, sin ti llevaría muerto desde que pisamos el Capitolio. Fíjate, el Capitolio, ya no digo la arena.
Cloe se hecho a reír por un momento.
-Eres un tonto...-Me encogí de hombros sonriendo.- Y encima no puedo parar de llorar. Soy una imbécil. Como si eso arreglase las cosas.-Se limpio las lagrimas con las mangas de su abrigo.
-A veces ayuda, créeme. No eres la única llorona de este equipo. Debiste de verme la noche anterior.
Nos reímos los dos juntos, hasta que otro aullido corto el aire.
-Me pone nerviosa... tan cerca. No estarán ni a un kilómetro...
-Quizá estemos en su territorio.
-Quizá deberíamos irnos.
-¿Tu crees?
-Si tienen hambre no dudaran en comernos.
-Pues yo tengo hambre también...-Intente bromear.
-Blight... hablo en serio.-Cloe se zafo de mi y se puso en pie.- Creo que deberíamos irnos. Ir a algún sitio. Aquí no hacemos nada. ¿Y que mejor que la noche para eso?
Otro aullido. Me levante con dificultad, sin posar el pie izquierdo en el suelo.
-¿Estas bien?
-Bueno... me duele algo el pie, pero supongo que se me pase. Espero que se me pase.
Cloe se tenso y frunció el gesto. Me paso un brazo bajo los hombros para ayudarme a ir mas rápido. Lo único que pensé, fue de que no se enterase de que había cargado con ella durante unas dos horas  con el pie mal, porque sino ella seria la encargada de matarme. No paraba de susurrarme de que necesitaba reposo, pero que estábamos en unas circunstancias muy malas. Le di la razón, y entonces le conté que Jasper había muerto. No pareció importarle mucho la noticia. Aun quedaban doce, y aunque Jasper fuese un rival fuerte, aun quedaban Jade, Flint, Blade, Marina...
Algo se movió a nuestra derecha, y Cloe y yo miramos rápidamente hacia allí. Era una sombra oscura y demasiado rápida para ser un tributo. Cloe se junto a mi.
-Saca el machete y los cuchillos, despacio...-Me susurro.
La hice caso, y me quede con el machete en la mano derecha y el cuchillo en la izquierda. Cloe hizo lo mismo, pero en vez de un machete, llevaba un arma. Otra sombra oscura paso al lado, esta vez a la izquierda. Otra por detrás, de brillantes ojos amarillos. Entonces sonó un aullido que me puso los nervios a flor de piel. Ya no estaban "cerca". Estaban allí.
Cloe y yo, sin decirnos nada, quedamos espalda contra espalda, mirándolo todo con ojos de cazador. Estábamos rodeados. Habría quince lobos aproximadamente, rodeándonos. Parecían estar vigilandonos, mirando nuestros puntos débiles, esperando al momento para atacar. Porque iban a atacar.
-Blight, por si no salimos de esta... Te quiero, y siento no haber podido sacarte de aquí.-Susurro Cloe con una voz demasiado lúgubre para que mantuviese las esperanzas, pero me anime a no rendirme.
-No digas eso. Lucharemos. Y veremos otro amanecer.-Dije, justo antes de que otro aullido muy fuerte interrumpiese mis palabras, y diese paso a que los lobos se abalanzasen sobre nosotros mientras nos enseñaban los dientes.

2/01/2015

Johanna: Capitulo 54

El alcalde caminaba recto y con zancadas grandes. Le seguí sin decir siquiera una palabra. El tampoco decía nada. Al fin, se detuvo en frente de un banco de piedra en el borde del camino. Lo limpio un poco con la mano, y acto seguido se sentó. Titubee unos instantes, y me senté a su lado también.
-¿Que quiere?-Pregunte, con un deje de cansancio en a voz.
Hoy no me apetecía ser borde. No me apetecía aparentar dureza. No quería ser nada. Lo único que quería era unirme a la nada y desaparecer junto a ella.
-No quiero molestarla demasiado.-Su voz, tan parecida a la de Snow, me hizo dar un respingo.-Pero me temo que debemos hablar de esto en cuanto antes y arreglar los papeles. Su casa necesita una reforma, y ademas me gustaría darle el pésame por todo lo ocurrido durante estas semanas.
El alcalde me tendió una mano, yo se la estreche. Estaba fría y dura.
-Muchas gracias, supongo.
-Su casa estará arreglada en menos de lo que se tarda en decir "Buenos días"
-Buenos días...
El alcalde estallo en carcajadas que poco después fueron sustituidas por un ataque de tos.
-Es usted muy graciosa.
-No pretendía serlo.-Me levante.-No quiero esa casa. Quiero una nueva. Arreglela, o haga lo que quiera con ella, pero no pienso vivir donde...
-Esta bien, esta bien... Casa nueva pues...
El alcalde se levanto también y metió las manos en su americana negra. Alzo la barbilla para indicarme el camino que debía de seguir, como si fuese a perderme. Apostaría cualquier cosa a que había pateado estos caminos mas que el en toda su vida.
-¿Que paso con la antigua alcaldesa?-Pregunte. El repentino cambio de alcaldía no me acababa de cuadrar.
-Ha tenido que hacer unos asuntillos...
-¿Y le ha dejado a usted como sustituto? La verdad, nunca le había visto por aquí.
-El siete es muy grande.
-Pero nos conocemos todos al fin y al cabo.
-Habladurías. Es imposible conocer al sector sur si vives en el norte.
-Incluso su acento es distinto.
El alcalde entrecerró los ojos. Parecía perplejo por mi osadía.
-Tengo problemas de mandíbula...-Respondió, mas serio.
-Pues espero que no le cause mucho dolor.
-No lo hará, tranquila. Tenia razón la gente respecto a su carácter indómito.
-Habladurías...-Me encogí de hombros.
El alcalde saco su mano derecha de su americana para conducirme por el camino. Le mire, y opte por tomar el camino opuesto al que me indicaba.
-El centro del  Distrito esta por aquí.
-¿Quien ha dicho que vaya al mismo lugar que usted?
Le di la espalda y camine despacio, alejándome de el, sin echar la vista atrás.

Tras la Gira de la Victoria y todos los torturosos giros que mi vida había dado, debía de volver al colegio. Era mi ultimo curso, y Paul me había recomendado acabarlo.
La idea, la verdad, me horrorizaba. Ver a todos esos chicos y chicas y pensar que dos de ellos serian los siguientes en ir a los Juegos... con tan solo pensarlo me entraban dolores de cabeza. Y lo peor era que solo quedaban dos meses para la Cosecha.
Mientras caminaba por los pasillos del colegio, me sentía diferente. Ahora, todos me conocían. Ya no era la chica morena y bajita a la que se le daba bien "Historia de Panem". Ahora era Johanna Mason, la ultima ganadora de los Juegos, que había decidido volver al colegio.
Willow había estado conmigo todo el rato. Aunque agradecía su  compañía, notaba que algo era diferente entre nosotras dos. Algo había cambiado desde que regrese de los Juegos, y por mas que lo intentase, no había manera de arreglarlo.  Nos limitábamos a apoyarnos en las paredes de los pasillos, esperando a que el timbre sonase para volver a las clases. Ella se miraba el pelo, yo me miraba las uñas y movía el pie derecho contra el suelo.
-Ahora te miran diferente.-Decía Willow.
-Lo se.-Respondía.
-Tiene que ser raro.
-Lo es...-Suspire.
-Bien.
La mire, y mire el reloj. Aquellas conversaciones tan gélidas no me gustaban, no me gustaba nada. Ella era mi mejor amiga. ¿Que había ocurrido para que pasase esto?
-¿He hecho algo mal?-Pregunte. La pillo desprevenida.
-¿Perdón?
-Esto... Ya no es lo mismo que antes Willow. De verdad, creí que lo seria. Conectamos una vez, en los bosques. Me hablaste de aquel chico que tanto te gustaba y...
-Baja la voz...-Rogó, y miro hacia los lados.
-Quiero que vuelvan esas conversaciones...-Susurre.-Quiero que me cuentes todos los días de por que están tan enamorada de ese chico, y yo quiero decirte que en realidad es feo, y quiero que te rías porque te diga eso y que me des un codazo en el brazo.-Notaba que volvía a alzar la voz.- Quiero que al día siguiente cambies de opinión y que te fijes en otro, y que me lo cuentes en una visita a mi casa a las tres de la madrugada. Quiero que me digas la mala cara que tengo. Quiero que volvamos a ser tu y yo...
Willow estaba al borde de las lagrimas, miro al cielo, y se las limpio.
-Es solo que a veces...
-¿A veces...?
-No estoy segura al cien por cien de que estas fingiendo. Tengo miedo de que de verdad te hayas convertido en esa persona borde que aparece en la televisión.
-No lo soy. Y lo sabes Willow. Te lo he dicho.
-Yo...
-Hey! Johanna!-Grito una voz, que retumbo por el pasillo desierto. Me gire para ver a quien pertenecía: Parker. Automáticamente, una sonrisa apareció en mi cara.
-Te veo luego...-Mascullo Willow, y se dio la vuelta con los brazos cruzados sobre el pecho. Dejándome sola con Parker.
Parker caminaba rápido. Llevaba unos vaqueros, una camiseta blanca y una cazadora marrón. Llevaba las botas verdes llenas de barro, pero no parecía importarle.
-Que bueno volver a verte por estos pasillos.
-Yo no estoy de acuerdo con eso. La gente me mira...
-¿Diferente?-Asentí.-Sabes que es normal. Si tu estuvieses en su lugar, también les mirarías raro.
-No me gusta que me miren así. Siento que puedo leerles la mente cuando paso a su lado.
-¿A si? ¿Y que piensan?
-Que soy una asesina.
El timbre sonó, y mire a Parker a los ojos. Me miraba con tristeza.
-Debería de ir a clase. Llego tarde.-Dije
-Si, yo también.-Se rasco el cuello, incomodo.-Oye... ¿Tienes algo que hacer esta tarde?
-No, ¿por que?
-¿Te gustaría quedar conmigo?
-Claro.-Sonreí.
-Genial. ¿A las siete, en la valla este del bosque? La que esta rota.
-Allí estaré.-Prometí.

Las siguientes horas pasaron lentas. Las agujas del reloj no avanzaban, de hecho, incluso parecía que retrocedían. No vi a Willow en ninguna de las clases siguientes. Me pareció un mal presagio. Quizá no debería de haberla dicho nada.
Cuando el timbre sonó para indicar que las clases finalizaban, salí rápidamente del colegio. Estaba entusiasmada. Había quedado con Parker, y eso era algo bueno en mis lúgubres días.
Alguien se interpuso en mi camino mientras atravesaba una estrecha calle que me llevaba de camino a mi casa. Era Willow. Se puso a mi izquierda y me rodeo el brazo con el suyo.
-Tengo que contarte algo. ¿Te acuerdas de Cameron?
-Claro. ¿Es ese chico moreno que vive en el barrio del mercado?
-Ese mismo, -Dijo Willow, con una chispa de alegría en los ojos.-... pues la cosa es que estos días he hablado con el y...