Holaaaa! Bueno, ya estoy de vuelta. (Sé que llevo sin escribir bastante tiempo pero es que he estado muy ocupada.) Pero ya hay capítulo nuevo y creo que lo he hecho algo más largo de lo normal. Espero que os guste y gracias por leer. ^^
Otro meteorito aterrizó a unos cuantos metros de nosotros. Corríamos sin dirección fija, apiñados y corriendo al mismo paso. Íbamos a bajar por la pendiente todo lo rápido que podíamos para adentrarnos en el bosque, hasta que yo tropecé y rodé por la colina. Me protegí la cabeza con los brazos, no quería terminar igual que Blade.
Los segundos se me hacían eternos mientras rodaba cuesta abajo y escuchaba los gritos de Cloe y Jade. Y lo peor es que no sabía si gritaban por mi o por la bolas de fuego. No sabía si el mundo estaba al revés o si era yo quién lo estaba. Sentía que la boca me sabía a tierra, y que me ardían las manos. Finalmente, cuando creí que había parado de rodar me descubrí la cabeza y abrí los ojos. Y allí estaba, boca abajo al final de la pendiente. Eso si había sido una bajada rápida.
Me giré para ver a las chicas, que bajaban con más cuidado por la pendiente, entonces Jade me miro y su cara se descompuso.
-¡Cuidado!-Gritó.
A primeras, no lo entendí. Lo hice cuando una bola de fuego paso a un par de metros sobre mi cabeza y se estrelló contra la colina. Las chicas saltaron hacia un lado. El impacto de la bola contra la tierra me hizo desplazarme hacia atrás, casi haciendo una voltereta en el aire.
No me había recuperado cuando alguien me cogió por los hombros, arrastrándome. Mire al cielo y vi mechones de pelo rubio. Alguien más me cogió y me levantó con tal fuerza que finalmente me puse de pie. Miré a mi izquierda y vi a Cloe, agarrándome mientras corría. Miré a Jade, que también estaba corriendo.
¿Corriendo?
Miré hacia el suelo y vi como mis pies se movían patosamente. Estaba demasiado aturdido para entender nada, y entonces Jade y Cloe tiraron de mi hacia atrás. Caí de espaldas y vi como otra bola de fuego chocaba con un árbol cercano.
Intenté levantarme, pero mi cuerpo no respondía bien. ¿Qué me pasaba?
-¡Tenemos que irnos!-Gritó mi hermana.-¡Blight, Blight, levanta por favor!
Rodé sobre mi mismo y levante una pierna para apoyar mi rodilla en el suelo. Intenté hacerlo con la otra, pero no se movía. ¿Por qué no se movía?
-No puedo...-Susurré, intentando gritar. No podía levantar más la voz.
Empecé a temblar. ¿Qué me estaba pasando?
-No hay ningún sitio seguro.-Gritó Jade. -¿Dónde podemos ir?
-A donde sea mientras estemos seguros.-Respondió mi hermana.
Ambas parecieron ponerse de acuerdo y me ayudaron a levantarme. Caminé un paso, dos, tres... y luego la vista se me puso borrosa. Intenté gritar, pero no podía. Parpadeé varias veces intentando aclararla, pero al final no pude abrirlos de nuevo.
Cuando abrí los ojos, estaba asustado, pero la luz del día ya nos había alcanzado. Escuché una conversación suave, no muy lejana a mi. Miré a mi alrededor. Estaba apoyado en el tronco de un árbol, medio tumbado y medio sentado. No quería moverme. Temía que al querer hacerlo nada sobre mi cuerpo respondiese, y eso significaría que estaba muerto. Porque si no podía moverme...
-Tengo miedo...-Escuché decir a Cloe. Estaba cerca, solo a un par de metros.
-Estará bien. Créeme. Seréis del siete, pero sois difíciles de matar...
Cloe soltó una carcajada poco creíble que terminó en llanto.
¿Estaba llorando por mi?
Cerré los ojos.
Tenía que levantarme.
En algún momento tenía que comprobar que estaba bien... o no tan bien. Tenía que hacerlo.
Así que armé de valor e intente impulsarme con los brazos para levantarme. Funcionó.
Regresamos al campamento lentamente. Todo parecía ir bien para mi excepto por una cosa. Mi pierna derecha no funcionaba bien. Había sufrido demasiado en estos Juegos y parecía tener su límite. Me apoyaba en una rama de árbol (que Jade había cogido para mi) y que me ayudaba a caminar.
La imagen del campamento era desoladora. Ya no había campamento. Ya no había comida. Ya no había armas. Solo teníamos lo que llevábamos.
Investigamos un poco alrededor del campamento y encontramos unas cuantas cosas. Armas principalmente. Nada de comida. Teníamos que volver a cazar.
-¿Y ahora qué?-Pregunté.
-Ahora habrá que empezar de cero.-Dijo jade mientras tiraba un trozo de plástico visiblemente inútil hacia atrás.
-Está claro que esto lo hicieron aposta...-Añadió Cloe.
-¿Destruir el campamento?-Pregunté.
-Sin duda es una buena táctica... -Dijo Jade.- Nos deja expuestos ante el peligro...
-Sin protección por las noches...-Añadí.
-Por lo que tenemos que estar más atentos, por lo que estaremos más cansados y seremos objetivos más fáciles.-Terminó mi hermana.
-Y luego está el tema de la comida.-Las dije.-Si no conseguimos alimento...
-Lo haremos.-Respondió Jade.
-¡Pero porque tenemos algunas armas! Ellos querían que nos quedásemos sin ellas.-Dije.
-Sea como sea ya no podemos hacer nada, así que... Será mejor que busquemos algo mejor que esto.-Sugirió Cloe.
Jade asintió. Yo lo hice también. Y nos pusimos en marcha.
-¿Vamos a volver a las montañas?-Pregunté.
No me gustaba estar aquí, con el agua estancada hasta las rodillas, con un olor putrefacto instalado para siempre en el ambiente, y con tanta poca visibilidad... me sentía más indefenso que nunca.
Cloe iba a la cabeza porque según Jade tenía buena vista. Jade iba la última, porque era la más rápido podía defenderse frente a un ataque desde detrás. Yo iba en medio porque Jade decía que era el más débil.
Gracias Jade...
En realidad ella era la que más sabía sobre todo esto, por lo que Cloe y yo la dejábamos hacer su trabajo.
-No es seguro...-Respondió Jade cauta.
-¿Y estar aquí si lo es?-Murmuré.
-No.-Respondió la chica rubia.-Pero... quiero saber que más hay aquí. Quiero decir... Yo no me he movido de esta ciénaga. Vosotros al menos habéis ido a las montañas pero... Habrá mas. No se puede resumir toda la arena a eso.
-¿Quieres explorar?-Preguntó Cloe, quien había estado callada durante todo este tiempo.
-Si os parece bien a vosotros...-Respondió Jade.
-A mi me parece buena idea. Además, solo quedamos ocho. Cuanto más alejados estemos del resto, mejor.-Dijo Cloe con firmeza.
-¿Solo quedamos ocho?
-Sí.-Respondieron las chicas a la vez.
Ocho.
Había perdido la cuenta de los días que llevábamos aquí, como también de los tributos muertos. Parecía que había pasado una eternidad desde el primer día cuando seguramente no llevábamos ni siquiera dos semanas aquí.
-¿Qué ha sido eso?-Preguntó Jade tan bajo que me costó oírla.
Todos nos quedamos inmóviles, deambulando la vista de un lugar a otro en busca de algún movimiento. Todos con las armas levantadas. Yo con mi machete y con mi cuchillo, Jade con dos espadas, y Cloe levantando el hacha y sujetando el único arco que nos había quedado con otra mano.
-Tal vez fue un animal...-Objetó mi hermana.
-No... no, no, no... Ha sonado como una pisada humana, no como la de un animal...
Miré a Cloe un momento, encogiéndome de hombros. ¿En serio Jade sabía diferenciar las pisadas? Si de verdad lo hacía, era asombroso...
Jade se adelantó y se puso al lado de Cloe.
-Quédate atrás Blight.-Me ordenó.
-¿Qué? ¿Por qué?-Pregunté susurrando.
Estábamos en una posición triangular. Cloe y Jade en frente de mi. Quería hacer miles de preguntas, pro jade no bromeaba. Pasaba algo.
Y no tarde mucho en darme cuenta.
Flint, el chico del dos, salió detrás de un árbol del lado izquierdo. Iba bastante bien armado, y tenía una sonrisa torcida. Los Juegos le habían pasado factura al igual que ha todos. Le faltaban un par de dientes, tenía el labio partido, una herida en la cabeza y la ropa hecha jirones.
No sabía por que se veía tan confiado. El era uno, y nosotros tres. Entonces jade se giro repentinamente y lanzó un cuchillo hacia atrás. El corazón empezó a latirme fuertemente. Al principio pensé que Jade me lo había tirado a mi. Pero el cuchillo paso de largo y se perdió en el agua estancada, aunque por pocos centímetros casi le da una chica. No supe quien era hasta que se sitúo al lado de Flint. Marina, la chica del cuatro. Tampoco se veía bien. Tenía cortes por la cara, un ojo inyectado en sangre y parecía que le habían arrancado mechones de pelo.
Entonces supe por que no se veían nerviosos. Para ellos, la única que podía darles problemas era Jade, no nosotros. Y se veían dispuestos a luchar. Flint saco su espada. Tenía un aspecto amenazador. Marina, por su parte, llevaba una lanza de dos puntas.
No hablaron. Parecía que todo estaba planeado. Caminaron a la vez, Flint en dirección a Jade, Marina hacia mi hermana y yo. Vi como Jade le plantaba cara y daba pasos hacia el chico también, fijándose milimetricamente en cada movimiento. No le tenía miedo. Y si lo tenía, no lo demostraba. Pronto empezó su baile de espadas. El metal chocaba contra el metal y rasgaba el aire. Podía oír los ruidos de esfuerzo que ambos tributos hacían al intentar atacar a su adversario.
Pronto desvié la vista de ellos. marina comenzó a moverse rápidamente. saltó hacia la izquierda, luego a la derecha, y luego a la izquierda hacia atrás. Nosotros no éramos como Jade. No avanzábamos hacia ella como si fuese lo más normal del mundo. El miedo nos delataba, y dábamos pasos hacia atrás intentando defendernos. Pero eso era lo que ella quería. Y ya lo había conseguido. Había creado una barrera entre Jade y nosotros, porque en el medio se encontraban ellos, cada uno con su lucha.
Noté como Cloe me empujó con la cadera hacia atrás y me echaba una mirada rápida, como diciéndome que me fuese. Pero no la iba a dejar sola. No ahora.
Levanté mi machete y me sitúe al lado de Cloe, quién estaba balanceando su hacha.
Y comenzó el baile.
Marina adelantó su lanza y su pie izquierdo, haciendo que diésemos varios pasos hacia atrás. Nos amenazó con la punta de la lanza, y Cloe se decidió a mover el brazo con fuerza, casi alcanzando a Marina en el hombro. Pero la chica era rápida, lanzó la lanza al aire y la cogió del revés. Me quedé desconcertado por un momento, entonces la chica me miró a los ojos y cuando menos me lo esperaba, el mástil de la lanza impactó en mi mejilla izquierda, haciendo que me cayese de lado. Me arrastré por el agua, mientras Marina me amenazaba a mi y a Cloe al mismo tiempo, una cualidad que te daba una lanza de dos hojas. No me había enterado de que de nuevo, Marina nos había separado. Cloe estaba a la derecha de la chica, mientras que yo estaba a su izquierda. Intente levantarme, pero mi pierna no ayudaba. Seguía sin sentir absolutamente nada en ella. Me permití mirar a Jade y a Flint un par de segundos. Luchaban tan bien, que realmente no parecía una lucha de vida o muerte. Algo impactó en mi espalda haciéndome caer de nuevo . Giré la cabeza y en un segundo me dio tiempo a ver lo que ocurría. Marina estaba a punto de matarme con la lanza, y pronto mataría a Cloe que estaba intentando incorporarse. Cerré los ojos. Así que este era el final...
Pensé que me iba a asustar lo desconocido de la muerte y su misterio, pero en aquellos momentos no era eso. Me asustaba más pensar que nunca sabría lo que pasaría con Cloe, con jade, con Rosie, con mis padres y mis amigos... con ninguno de ellos.
Entonces oí la profunda voz de la chica del cuatro.
-Pensándolo mejor...
Me permití abrir los ojos. Si iba a morir quería contemplar el mundo por última vez. Pero no fue el final que yo esperaba. Marina giro su lanza al mismo tiempo que se giraba ella y la lanzó contra Cloe, que estaba arrodillada en posición de lanzar una flecha. La flecha salió del arco a la vez que la lanza la atravesaba. La flecha alcanzó a marina en el cuello. La chica del cuatro calló a mi lado. Pero ella me daba igual.
Cloe se estaba muriendo.
Me arrastré. Caminé a cuatro patas hasta que al final llegué hasta ella. Hasta mi hermana, y la tumbe en mis brazos. Abrazándola.
Tenía la lanza en el estómago, agarrándola fuertemente, como si así se fuese a salvar.
Palpé su camiseta y pronto mi mano se llenó de sangre también.
De mis ojos empezaron a desbordar lagrimas.
-No duele...-Me susurró Cloe, sonriendo.
Sonriendo.
¿Por qué sonreía?
-No te mueras...-Supliqué.- No ahora. No me dejes solo.
-Ahora te toca luchar a ti... saldrás de aquí... lo sé...
-Cloe...
Ella me sonrío y llevó una de sus manos temblorosas a mi mano derecha. Me la apretó con fuerza y me miró a los ojos. Luego miró al cielo.
-El mundo te parece mucho más bonito cuando te tienes que ir...
-No te vayas...-La supliqué otra vez, sin dejar de llorar.
Ella cerró los ojos, tranquila, como si se fuese a dormir y despertase al día siguiente. Unos segundos más tarde intentó coger aire, una y otra vez, mientras me apretaba con fuerza la mano, y yo la apretaba también. Luego se quedó quieta, su mano perdió fuerza y sonaron dos cañones. Uno por Marina. Otro por Cloe.
Mientras, no sabía si Jade seguía luchando.
Me daba igual.
Quería a mi hermana de vuelta.
Me quedé allí sentado, abrazándola. Jade se sentó a mi lado poco después, abrazándome a mi.
Pero ya no me importaba nada.
Sentía que me hundía, y que ya nadie podía rescatarme.
Cloeeeee :(( *llora* ¿Tenías que cagartela ahora? Bueno ya tocaba pero aun así duele. :'( ¿Que le pasa a la pierna de Blight? ¿Por qué no se mueve? ¿Es algún tipo de veneno? ¡Quiero saber!
ResponderEliminarNO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO NO
ResponderEliminarCOMO HAS PODIDO? Clooe :'( El capitulo ha sido genial (en cuanto a la escritura, porque en cuanto a la trama, pues prefiero olvidarme de ello) La pelea ha sido genial, a pesar de que nunca me hubiera imaginado la muerte de cloe así :'( Ahora a ver que pasa con Jade (Que espero que no muera también)
ResponderEliminarGANAS DEL CAPÍTULO 34 AUMENTANDO!!