Recuerdo despertarme gritando y pidiendo auxilio. Estaba rodeado de personas que vestían de blanco, y a ninguna de ellas se le veían la caras. Tenía una vía intravenosa en el pliegue interior del codo, y la pierna izquierda inmovilizada, levantada en una especie de cabestrillo. Las personas vestidas de blanco analizaban mi pierna, y no me gustaba que llevasen un bisturí en la mano. Me levanté con fuerza intentando apartar la pierna del cabestrillo, para luego golpear a aquellas personas, pero no tuve tiempo de escapar. Alguien me agarro con fuerza y me introdujo una aguja de inyección en el brazo. No tardé mucho hasta volver a quedarme completamente dormido.
La segunda vez que me desperté, solo había una persona en la sala. La luz provenía del techo, y se enfocaba fijamente en mis ojos. Esta vez, estaba demasiado alelado como para poder moverme. Ni siquiera podía apartar la vista del foco de luz.
-Vaya, que poco te duran los sedantes chico...-Me dijo una voz. Supongo que era la de la persona que estaba en la habitación. Sonaba femenina, cálida, y relajada. Hacía mucho que no escuchaba a alguien hablar tan calmadamente como aquella voz.-¿Sabes que? Ahora mismo todo el mundo esta hablando de ti. Eres famoso. Te llaman el Chico Paciente. Dicen que has sabido esperar para llevar todos tus planes a cabo, pero a mi me parece que se equivocan, y que realmente has sido suerte. En cambio me parece también que te han puesto un nombre demasiado soso... yo te llamaría Blight el invencible. De verdad, creo que has sido el tributo que más desastres ha tenido que soportar. Y lo de tu hermana... increíble. A todos nos destrozó el corazón. ¿Y te habías visto la pierna? Nunca vi algo tan destrozado como...
Dejé el hilo de la conversación que la chica mantenía con ella misma, porque yo, aunque hubiese querido hablar, no podía.
Cerré los ojos e intenté tranquilizarme, ya que tenía los nervios a flor de piel.
Ya está. Había ganado, e iba a volver a casa. No tenía que pensar que todas las personas de mi alrededor me iban a hacer mal, ni que tenía que matarlas o pelearme contra ellas.
Aunque después de esto, el verbo "matar" solo era una palabra más añadida a mi diccionario. Había acabado con cuatro personas. Cuatro de veinticuatro.
Intenté no pensar y dormirme. Lo conseguí en segundos.
Cuando volví a abrir los ojos, la luz seguía encendida, y esta vez estaba completamente solo en la habitación. La cabeza ya no pesaba, ni me sentía medio drogado. Me senté cuidadosamente sobre la camilla en la que había estado tumbado segundos antes. Estaba vestido con una simple túnica que me llegaba hasta las rodillas y era de color azul. Tenía puesta la vía intravenosa. Me levanté. Estaba descalzo así que sentía en las plantas de los píes el frío del suelo. A un lado, había un espejo. Me detuve a mirarme.
¿Ese era yo?
Parecía tan cambiado, tan... débil. Me toqué la cara, con unos cuantos moratones amarillentos aún. Intenté dar un paso y avanzar hacia la puerta, pero sentía la pierna izquierda mucho más pesada de lo normal. Intenté caminar, pero me costaba. Volví a sentarme en la camilla poniéndome nervioso y empecé a tocarme la pierna. No sentía nada a partir de la rodilla. Tenía una cicatriz horrible a un lado de esta. Se me escapó una lágrima que borré con la palma de la mano.
Cojeando avancé hasta la puerta de la habitación. Quería salir. Quería encontrar a Ray o a Jara. Solo a ellos. Era los únicos en los que podía confiar.
La puerta no se abrió. Di varios manotazos en ella y grite. Vi a dos personas vestidas de blanco y con mascarilla pasar por delante de la puerta. Los dos se me quedaron mirando, y luego pasaron de largo mientras gritaba a través del cristal. No tardaron mucho en aparecer otras personas que abrieron la puerta. Sin dudarlo me abalancé sobre ellos. Eran dos. Un señor de mediana edad y una chica. Al señor le arañé la cara antes de que otra vez, alguien volviese a anestesiarme y me cayese al suelo. Lo último que oí, fue la voz relajada que había hablado antes. Mucho antes, diciendo:
-Pobrecillo...
Me desperté por culpa de una pesadilla. Me llevé la mano a la cabeza a la vez que me sentaba en la camilla. Era la primera vez que soñaba desde los Juegos, y lo detestaba.
No recordaba muy bien las imágenes. Solo sangre, muerte, y angustia.
-Espero que esta vez te sepas comportar.
Levanté la cabeza. ¡Ray! Era él.
No pude contenerme. Me levanté, y cojeé hasta él. Vi su rostro asustado, pensando que le iba a hacer algún daño, pero cuando le abracé el me devolvió el abrazo.
-Te echaba de menos chico...-Dijo él, con su voz grave y monótona.
-¿Hace cuanto que salí?
-Seis días. Has tenido bastantes problemas. Casi creímos que nos íbamos a quedar sin tributo ganador.
"¡Oh claro! El veneno, se me había olvidado por completo lo que Flint intentó hacer. Flint... al que yo mate."-Pense.
-Y han pasado muchas cosas mientras tu dormías tranquilamente.-Me espetó mi mentor.-Por ejemplo, tu cumpleaños. ¡Felices diecisiete chico!
-Ahora mismo, me da igual mi cumpleaños. Quiero volver a casa.
-Lo imagino... Deberías de venir conmigo y comer en condiciones. Creo que será mejor que ese líquido que te meten, además Jara se muere por verte. Al igual que tus estilistas, y no olvidemos de Crassa. Todo el mundo sabe ya que su chico a ganado.
-¿Su chico?-Pregunté atónito.
Ray me paso un brazo por los hombros. Cojeé a su lado y el me miró con pena.
-Siento lo de tu pierna.
-Si, bueno...-Dije, y salimos de la habitación.
Era extraño estar otra vez en el Edificio de los Tributos, pero que ya no quedase ningún tributo. Ni siquiera yo. Ya no era un tributo, ahora era un vencedor.
Ya no estaba Cloe.
Ya no estaba Jade.
Ya no había nadie que quedase vivo.
Al acordarme de Jade, me vino a la mente Ben, su hermano. Él estaba tan seguro de que su hermanita ganaría, y de que yo moriría. ¿Cómo me miraría ahora? Yo había matado a su hermana...
Estábamos sentados en la mesa. Ray. Jara. Cressa. Y yo. Un avox trajo un plato de comida. Solo uno. La comida era una simple compota de manzana. Nada más. A pesar de lo pequeña que era, no conseguí acabármela sin que me entrasen arcadas.
-Debemos de hablar de esta noche.-Dijo Cressa, dando palmaditas.
-¿Esta noche?-Pregunté. Vivía como en una burbuja, aislado del mundo real.
-Esta noche es tu entrevista.-Me informó Jara.
-Con Caesar.-Añadió Ray.
Les miré con detenimiento. No se me había pasado por la cabeza. Todos los vencedores, pasados unos días, realizaban una entrevista donde se les mostraban todos los secretos de sus Juegos.
¡De mis Juegos!
Tendría que volver a vivir la pesadilla, de nuevo. Era lo que menos me apetecía en el mundo.
-¿No podemos posponerla?-Pregunté.
-Me temo que no. Estas bastante evolucionado después de todo lo que has pasado. Los médicos te han dado el visto bueno y dicen que hoy será el...
Algo interrumpió a Ray mientras me informaba sobre lo que pasaba. Un chico alto, de pelo y ojos oscuros, piel olivácea, más o menos de mi edad, entró por el ascensor, dando tumbos por la habitación. Tenía una copa en la mano, y cuando llegó a nuestra mesa, la dejo sobre el. Se sentó a mi lado. Apestaba a alcohol. Sabía perfectamente quién era. Haymitch Abernathy. El ganador del Vasallaje de los Veinticinco. Solo había pasado un año de aquello. La última vez que lo había visto había sido en la Gira de la Victoria, pero parecía mucho más sano que ahora.
-¿Qué tal la vida como vencedor?-Me preguntó.
No supe que contestarle. Me había quedado mirándole anonadado.
-¡Haymitch! ¿Estás borracho? Creí que te habían avisado sobre el alcohol.-Preguntó Ray.-Deberías de estar en tu planta.
-Estoy muy aburrido en mi planta. Mataron a mis chicos, ¿Sabes? Y respecto a esto, dije que no tomaría ni una gota durante los Juegos. Pero los Juegos se han terminado.-Dijo levantando la copa y dando un largo trago.
-Deberías marcharte. Este no es tu lugar.-Dijo Jara, muy seria.
-Esta bien, esta bien... Me marcharé...-Haymitch se levantó, poniendo una mano sobre mi hombro.-Y tu...-Me señaló.- ¡Enhorabuena! ¡Y bienvenido al infierno de tu vida! -Soltó una carcajada.- No, en serio. Podemos ser amigos, si quieres, tu solo... ya sabes donde estoy.-Y dicho esto, se fue con su copa y su peste a alcohol.
-Ese chico se está echando a perder...-Refunfuñó Cressa.
-Parecía un buen chico... la última vez que le vi.-Susurré.
-Y lo es...-Dijo Jara.- Pero es demasiado para un chico de diecisiete años. No todas las personas estan hechas para aguantar esto.
-¿Yo lo haré?-Pregunté, pero nadie me respondió.
Ay, mil gracias por haber subido el capítulo! Necesitaba saber que pasaba, no podía quedarme así. Ahora el pobre Blight tendrá que volver a vivir sus juegos aunque ya está a salvo. Tambien espero que se haga amigo de Haymitch, yo creo que podrían llevarse bien.
ResponderEliminarUn beeso:3
De nada! Supongo que suba el próximo el viernes. Haymitch y Blight van a tener bastantes "problemas" juntos en esta historia. (Lo dejo así como en el aire para darte intriga jajaja) Quiero continuar con esta historia durante más tiempo porque los Juegos no acaban cuando sales de la arena y mi mente está imaginativa últimamente jajaja Espero que te siga gustando la historia, y muchas gracias por leer!
Eliminar- ¡Enhorabuena! ¡Y bienvenido al infierno de tu vida! -Soltó una carcajada.- No, en serio. Podemos ser amigos" JAJAJAJAJJAAJA Amo a Haymitch, verlo aquí tan joven es una delicia a pesar de lo triste que es la imagen ya que el pobre acaba de perder a su familia hace nada para luego caer en el vicio del alcohol. Esperemos que el y Blight se lleven, bien, ¡caray para lo de la pierna! Pero bueno era de imaginar que el veneno tendría sus consecuencias, cuando comentaron la posibilidad de que el Capitolio se quedase sin vencedor, me pregunto que harían si pasase de verdad. No en el caso de Blight, ya sabemos que vive pero, ¿habría podido pasar? Me parece curioso el asunto. Ahora toca la retransmisión de los juegos y la entrevista, veremos como lo soporta nuestro querido vencedor. Esperaré el siguiente Capítulo impaciente que está siendo una historia muy entretenida, tu Blight me cae genial. :D
ResponderEliminarHolaa! Tengo que decir que a mi también me encanta Haymitch y que si que va a ser importante para Blight y para esta historia. Y respecto a tu pregunta, me has hecho pensar jajaja Supongo que Snow se enfadaría si por algún motivo se queda verdaderamente sin tributo vencedor. El siguiente capítulo ya esta listo así que puedes leerlo. Intento a darle a Blight la mejor personalidad posible, aunque a veces cambia un poco respecto al día que tengo yo jajaja. Muchas gracias por leer y comentar! Besos! ^^
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