Debería de ser una época de felicidad. Pero no lo era. No lo era para las familias. No lo era para mi.
Mi vida se limitaba en encerrarme en mi casa, hablar con mi hermano y con Blight y entrenar. Sonaba raro en mi, pero ahora que no tenía que hacer nada, me encantaba salir a correr por el bosque. Amaba el dolor en mi pecho cuando corría durante tanto tiempo sin detenerme y sentía que no me alcanzaba el aire. Cuando mis piernas eran incapaces de correr más rápido. Trepaba arboles. Al principio era malísima. De hecho, una vez me caí cuando estaba casi en la copa de un árbol, dejándome inconsciente. Luego aparecí en mi casa. Paul nunca me dijo quien me había traído. Poco a poco fui mejorando, incluso llegue a saltar de un árbol a otro. Me sentía libre. Practiqué con el hacha tanto, que incluso me llegué a cuestionar que tal vez ahora tuviese una mejor técnica que los profesionales.
Durante ese período fui feliz. Hasta Junio. Ese mes. Todo comenzó de nuevo. En dos semanas, volvería al Capitolio, esta vez de mentora.
No podía.
No me sentía preparada.
Y justo cuando comenzó Junio, una nota apareció en el marco de mi ventana por la mañana. Era un folio doblado a la mitad, y con letras gordas había un claro mensaje;
Te
echo de menos. ¿A las nueve
en nuestro sitio? -Parker
Rompí la carta y la tiré. Pero a la mañana siguiente una nueva apareció en su lugar. Hice lo mismo.
Aquel día fui a visitar a Blight después de pasarme la mañana corriendo por el bosque hasta que las piernas me temblaron.
Últimamente pasaba tiempo con el.
Era de lo más raro, porque no hablábamos. Solo jugábamos al ajedrez.
Era un juego en el que ganabas o perdías. Vivías o morías.
Era simple.
Pasé toda la tarde con el, y cuando las sombras de los muebles empezaron a cernirse sobre el suelo oscuro de madera, hicimos nuestro último Juego, y después volví a casa.
Regresé justo cuando Paul parecía irse.
-¿Te vas? ¿Otra vez?
-Tengo que irme. Volveré pronto.
-Ya... si, claro, siempre lo haces.
-¿Hay algún problema Jo?
-No... no...-Me encogí de hombros.-Es solo que me molesta no saber a donde vas, o con quien.
-Te lo explicare algún día...-Dijo, mientras se ponía su cazadora.
-Intenta que sea pronto.
Le miré una última vez y subí a mi dormitorio. Cerré la puerta y me tumbé en la cama. Observé el techo durante unos minutos y después cerré los ojos. El silencio invadía la habitación, pero el sonido de mis pensamientos no me dejaba apreciarlo.
Abrí los ojos y me senté en la cama. No tenía hambre. No quería pensar. no quería hacer nada.
Parecía un zombie.
Desvié la vista hacia mi ventana, y de nuevo, un folio doblado a la mitad estaba ahí. Lo cogí entre dos dedos y lo abrí para ver lo que ponía. Nada. Absolutamente nada. Lo miré por la parte de atrás, pero tampoco había nada.
Un ruido hizo que diese dos traspiés hacia detrás y me cayese de culo sobre la alfombra que había en el suelo. Una figura oscura estaba entrando en mi habitación por la ventana. Enfoqué la vista y aprecié el pelo oscuro de Parker.
-¿Qué..Qué haces aquí?-Le chillé, histérica, mientras me levantaba.
-Quiero verte. Necesitaba verte.
-Ya te dije que...
-Me dijiste que a tu lado corría peligro Johanna. Pero sin ti estoy más cerca de él.
-O sales de aquí o...
Parker se acercó a mi y me agarró por las muñecas, mirándome a solo unos centímetros de mi cara. Miré al suelo. Ahora solía ser más dura con la gente. Los Juegos cambiaban a las personas. Pero no con Parker...
-No estas bien...-Me dijo, y me levanto la barbilla para que le mirase.
-Lo sé.-Le respondí.
-Te quiero.
Me mordí el labio y volví a mirar al suelo.
-No puedo quererte. No puedo ponerte en peligro...
-¿Otra vez? Johanna, solo tienes una vida. Y yo también. Si vives pendiente del miedo te perderás cosas extraordinarias.
-Pero...
-¡No!-Gritó Parker.-¿Me quieres?
-Lo hago.
-Entonces es lo único que hace falta.-Y cuando terminó la frase, me besó con ganas. Yo no se lo impedí. Es más, le pase los brazos alrededor del cuello y acaricié su pelo. No me había dado cuenta antes de lo que le necesitaba. A él, a Paul, a mis padres... Estaba falta de amor. Y cuanto le agradecía a Parker esto. El estaba a salvo. No tenía que ocurrir nada. Nadie debía de enterarse.
-No sabes cuanto te necesitaba...-Dijo el, como si me leyese la mente. Entonces me beso en la frente, me acurrucó en sus brazos y ambos nos sentamos en mi cama, en silencio durante unos instantes.
-Yo te traje aquí. Yo soy quien está pendiente de ti todo el tiempo.
Le miré sin comprender.
-Cuando te caíste del árbol...-Explicó.-Yo estaba allí, viéndote. Cuando te vi caer, sentí como mi mundo se caía. Te quiero. No sé como explicarte lo que significas para mi.
Yo le puse un dedo en los labios mientras le sonreía tiernamente. Luego aparté el dedo y lo sustituí por mis labios. Durante todo este tiempo el había estado ahí. Y yo no me había dado cuenta.
Parker metió sus frías manos dentro de mi camiseta, acariciando mi piel lentamente mientras nos besábamos. Yo desabroché los botones de su camisa lentamente. Él interrumpió el beso y me miro, levantando una ceja.
-Dijiste que no viviese pendiente del miedo...-Le expliqué.-Eso es lo que hago...
El me sonrío y nos volvimos a fundir en un apasionado beso mientras el llevaba sus manos hacia el botón de mis pantalones.
Aquella fue una de las noches más maravillosas de toda mi vida.
Cuando me desperté, estaba en los brazos de Parker. Me hubiese quedado ahí de no ser por los golpes secos en la puerta. Me deshice de su abrazo bruscamente y me vestí lo más rápido que pude. Bajé las escaleras de dos en dos y abrí la puerta.
No me gustaba ver a dos Agentes de la paz nada más despertarme aporreando en la puerta de mi casa.
-¿Ocurre algo?-Pregunté.
-¿Usted es Johanna Mason?
-La misma.-Respondí.
-Tenemos que hablarle sobre la reciente muerte de Paul Mason.
¡Lo sabía! ¡Sabía que le pasaría algo a su hermano! Con que libertad sale él a pasear por él bosque u.u. Ahora solo falta saber la razón de esas escapadas, si es que Johanna consigue averiguarlo después de su muerte. Me ha encantado la noche con Caleb y lo tanto que quiere este chico a nuestra Jo, su confesion de haberla salvado es *-* Me va a dar algo si se muere, en serio. :( ¡Muy buen capítulo!, casi di un salto al verlo ahí en la entrada. Echaba de menos esta historia.
ResponderEliminarOtra cosa, me encanta la nueva música, es muy linda.
ResponderEliminarHolaa! Ya... la verdad es que tenía a nuestra Johanna un poco abandonada. Intentaré subir uno de Blight y otro de Jo, pero es que a veces no se me ocurre nada, o escribo y me parece un tostón. Veremos si Johanna descubre lo que paso con su hermano. Y respecto a Johanna y su amor, yo pienso tambien que son muy adorables. Espero subir pronto.
EliminarY gracias por lo de la musica! Creo que le da un tono mas... dramatico(?) a la historia jajaja. Gracias por leer! Besos! :)