-No puedo creer que me hayas hecho esto. Llevo cuidando de ti desde que volviste de los Juegos y desapareces, sin decirme nada. Ni una nota. ¿Sabes lo que han sido estos tres días?-Gritaba Rosie, mientras yo me llevaba un dedo a los labios e intentaba hacer que hablase más bajo.- ¡No me pidas que me calle! ¡Creí que te había pasado algo! Llegue a pensar que... que estabas muerto Blight. De verdad, ¿En que estabas pensando?
-Rosie...-Intentaba calmarla.-No sabes por lo que estoy pasando y...
-¡No desde luego que no lo sé! Pero yo solo quiero ayudarte. Si no me quieres por aquí, solo dilo, ¿Vale?
-Te quiero. Te quiero aquí, conmigo. Pero es por eso por lo que me fui.
-¿Te fuiste porque me quieres?-Me reprochó sarcásticamente.
-No es por que...
-¿Qué ocurre ahí abajo?-Preguntó una voz diferente.
Me giré, y vi que al pie de las escaleras estaba Gardenia, la chica que había encontrado ayer malherida en el bosque. Llevaba la misma ropa sucia y el pelo todavía más enmarañado. Bajaba las escaleras con pasos silenciosos y cara de aturdimiento. Volví a darme la vuelta para mirar a Rosie, pero ésta había transformado su cara de enfado en una peor todavía.
-Vaya... Parece que ya sé a lo que te has dedicado estos tres días.-Dijo apretando muchos los labios hasta convertirlos en una línea fina. Luego cogió aire y se dio la vuelta, intentando salir de casa.
-¡Rosie!-Intenté pararla.
-¡Déjame! ¡No quiero saber nada más de ti!-La ira, el odio y el dolor habían dado paso a las lágrimas. Me dio un codazo en el estómago y salió corriendo por la puerta. Me quede arrodillado en el suelo, en frente de la puerta entreabierta, viendo como Rosie corría por el sendero y se perdía entre los árboles.
-Yo... si fuese tu correría detrás de ella.-Me aconsejó Gardenia con voz firme.
Me llevé la mano al estómago y me levanté con un gran esfuerzo. ¿Alcanzaría a Rosie? Corría más que ella, de eso no tenía duda, pero ella me llevaba una gran ventaja, y además mi pierna herida no me permitía alcanzar la misma velocidad de siempre.
Corrí por el camino que atravesaba el bosque. Era un recorrido largo, y correrlo entero para alguien quien no tiene práctica te dejaba exhausto.
No me fijaba en nada. Oía voces de los primeros leñadores que habían comenzado su jornada de trabajo hace horas. Pero no escuchaba los pasos rápidos de una persona corriendo. Me detuve unos segundos para coger aire, con la espalda doblada y las manos en las rodillas. Notaba una quemazón en la pierna, pero traté de ignorarlo. Rosie era lo que importaba. Después volví a correr.
Quería ir en silencio. Quizá si ella no escuchaba nada dejaría de correr, creyendo que no iba detrás de ella. Entonces me pareció verla. Vi su pelo dorado, tan poco común en el Distrito. Caminaba lentamente, así que dejé de correr.
-¡No puedes irte sin que te dé una explicación!
Rosie se dio la vuelta. Tenía los ojos rojos y las mejillas inundadas de lágrimas.
-¿Qué explicación? Estabas con otra chica Blight...
Di unos pasos hacia ella.
-No... Hace tres días me fui al doce, para desconectar de todo. Para dejarte espacio. Porque siento que te estoy absorbiendo la vida.
-¡Es no es verdad!-Se quejó ella, andando también hacia mí.-No lo haces. Yo estoy bien. Quiero ayudarte a salir de esto. Es mucho para ti.
-No quiero que tu vida se convierta en una pesadilla... Cuando regresé, en el bosque, me encontré a Gardenia... a esa chica. Estaba siendo atacada por perros salvajes.
-¿Perros salvajes en el Distrito?-Rosie se enjuagó una lágrima.
-Lo sé, a mi también me parece raro. La ofrecí mi casa para sanarla y luego ya era muy tarde así que la dejé dormir aquí. No ha pasado nada, la conocí ayer. Te lo prometo.
Rosie miró al cielo, como si una respuesta la viniese desde allí.
-¿Sabes cual es el problema? Que no es solo esa chica... ¿Y todas las admiradoras que tienes de repente? ¿Y los Juegos?-Se mordió el labio con fuerza.-No quería decirte nada, porque sé que los Juegos es un tema que no debería de tocar... Pero... ¡Yo misma vi como te besabas con Jade! ¡No quería decírtelo! No quería decirte como la gente cuchicheaba a mis espaldas después de eso. Como me sentí. Me dolió... sí... Pero sabía que no serías lo suficientemente estúpido como para caer en sus redes.
-Rosie en los Juegos no pasó absolutamente nada. Nada.
-Lo sé... o eso quiero creer...
-Tú eres la razón por la que estoy vivo.-La dije. Ella me miró con sus fríos ojos azules.
-¿Qué?
-Lo has oído perfectamente. Tú eres la razón por la que ahora mismo estoy aquí, respirando, mirándote, sintiéndome mal. Porque en los Juegos pensaba en ti, y me decía: "Tienes que volver, por Rosie." Tú eras la que me hacía seguir adelante. -Vi como una sonrisa se dibujaba en la cara de Rosie.-Te quiero. Creí que ya lo sabías...
Rosie corrió, esta vez a mis brazos. Saltó sobre mí y me rodeó la cintura con las piernas. Luego me rodeó el cuello y me besó mientras me acariciaba el pelo. Cuando se separó, se acercó a mi oreja y me susurró algo. Volvía a llorar.
-Tengo que contarte algo... Y no te va a gustar.
Oh, que reencuentro más emotivo:3 Y ahora me dejas así, con ese final tan... intrigante. Necesito saber ya lo que es y que subas el siguiente capítulo cuanto antes!!
ResponderEliminarPor lo demás, el capítulo genial. Un poco bastante corto, pero es lo que hay (jejé)
Un beeso:3
Hola! Siento lo del capítulo corto pero es que ese día no tenía mucha inspiración jajaja Subiré el siguiente pronto, y tendrá sorpresas. Al menos eso creo. Nos leemos! ^^
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