6/21/2015

Blight: Capítulo 48

-Vine a buscarte porque tengo que decirte algo...-Rosie miró nerviosa a sus lados.- No pueden verme contigo más. Mi padre me ha prohibido verte.
El mundo se me detuvo durante unos segundos.
-¿Qué quieres decir con eso de que te ha prohibido verme?
-Él piensa que has cambiado y que después de los Juegos las personas se vuelven peligrosas. No quiere verme a tu lado. De hecho no me permite ni despedirme de ti, así que supongo que ya estoy desobedeciendo una de sus reglas.
-Pero no puede prohibirte verme... Tu y yo...-La doy la mano, pero ella la retira.
-Blight... Yo te quiero con toda mi alma pero no puedo correr el riesgo de que mi padre nos vea juntos, porque no sería yo quien sufriese las consecuencias, serías tú.
-¿Y qué sugieres que haga? ¿Qué me quede solo muriéndome de asco en mi casa?
Rosie bajó la cabeza y dio unos leves toques al suelo con la punta de sus zapatos.
-No... Tu eres fuerte puedes salir de esta.
-¿Por qué todo el mundo me dice que soy fuerte?-Me quejé.-¡No lo soy! ¡Y cada vez menos! Rosie... no puedo perderte a ti también.
-No me vas a perder...-Ella se acercó a mi y me miró a los ojos.-Te lo prometo, no me perderás.
Rosie se puso de puntillas y me dio un beso, luego se apartó y comenzó a caminar de nuevo hacia el centro del Distrito. No la seguí. Ella me lo había advertido.


Los meses pasaron lentos, pero pronto llegó Diciembre. Jara y Ray me advirtieron de que pronto sería la Gira de la Victoria y que sería mejor que me preparase mentalmente. Finalmente no todo se volvió tan aburrido como yo había supuesto.
Olwer, el chico pelirrojo, solía venir a la Aldea de los Vencedores a visitarme. Siempre parecía intranquilo, y no le gustaba andar por el bosque. A mi no me gustaba pasear por el Distrito, así que nos quedábamos en casa.
-No deberías de hacer caso a la gente.-Me aconsejaba.
-Es fácil decirlo cuando no lo estás viviendo.
-Lo digo en serio Blight. ¿Qué más da lo que digan? Tu has ganado los Juegos, te mereces vivir ahora.
-Todos me tienen miedo Olwer... Los chicos, el padre de Rosie... Incluso tú.-Le miré de reojo.
-¿Yo? ¡No! Es cierto que a veces se te va la pinza y ves asesinos donde solo hay sombras y también es verdad que me pones nervioso que lleves esa cosa a todas partes...-Señaló al cuchillo.-Pero en el fondo eres tú, y sé que no harías daño a nadie fuera de la arena.
-Gracias...-Dije.
-De verdad, no has cambiado tanto, aunque la gente se empeñe en aumentar los rumores. Sigues siendo igual de borde que antes.-Olwer se rió y yo me reí también. En aquellos momentos ese chico era mi mejor amigo.

Después de haberla salvado, Gardenia Blackwood también se había convertido en una persona bastante importante en mi vida. Venía todas las tardes después del final de sus clases. Yo la acompañaba hasta el bosque donde comenzaba su jornada de trabajo hasta la noche.
-Así que en un mes te vas.-No lo preguntaba, ella ya sabía mis planes.
-Sí... No quiero irme y volver a revivir todo... pero es lo que hay.
-¿Te imaginas un mundo sin Juegos?-Preguntó Gardenia.
-¿Te refieres a un mundo sin miedo?
-Sí, también... Mi hermana pequeña está muy asustada. Cumple doce este año, será su primera cosecha.
-No saldrá elegida.-La tranquilicé.
-Eso nunca lo sabes Blight.
-No saldrá. El Distrito 7 es muy grande como para que salga tu hermana.
-Tu saliste este año.
Suspiré y la miré directamente a sus ojos marrones.
-Alguien tenía que salir.

Si digo que no vi a Rosie en el Distrito ni una sola vez desde nuestra despedida estaría diciendo la verdad a medias. Es verdad que ella y yo no quedábamos ni en los bosques, ni en mi casa, ni en el Distrito... Pero si que nos fugábamos a los bosques de detrás de la valla. Era ilegal, así que no nos alejábamos mucho, pero había un hueco bastante ancho en la valla y éste era muy tentador.
Echaba muchísimo de menos a Rosie. Olwer era algo así como nuestro mensajero, porque gracias a él, Rosie y yo podíamos hablar. Siempre esperaba que tuviese una carta de ella, aunque a veces se demoraba demasiado.
Hoy era el día. Hoy iba a volver a verla.
Siempre me ponía nervioso cuando la veía. Me recordaba a aquellos tiempos en los que no sabía si eramos novios o solo amigos.
El suelo estaba cubierto de nieve, y eso era algo bastante malo, porque las huellas quedaban en el suelo. Mi preocupación se desvaneció cuando comenzó a nevar fuertemente. Vi unas marcas en el suelo, por el hueco de la valla, así que supuse que Rosie ya estaría allí. me pasé la mano por el pelo para sacudir los copos de nieve. Hacía mucho frío. Tenía las manos congeladas, y seguramente la nariz y las orejas rojas por culpa de éste.
No tardé mucho en divisar a Rosie. Estaba envuelta en un abrigo blanco por lo que se camuflaba muy bien con el paisaje. Ella corrió hacia mi e intentó saltar sobre mí, pero caí al suelo por culpa del hielo, y ella cayó sobre mí. Los dos nos quedamos tendidos en la nieve riéndonos, olvidando que si alguien nos pillase aquí, lo pagaríamos caro. Yo el doble.
-Te echaba muchísimo de menos.-Me dijo Rosie abrazándome.
-Yo si que te he echado de menos.-Dije mientras la pellizcaba con suavidad una mejilla, que la tenía roja.
-¿Qué tal te ha ido la semana?
-Bueno... Macy cree que aún te sigo viendo.
-Es que lo haces.-Me reí.- Pero me refiero... ¿Estas feliz?
-¿Ahora mismo? No podría ser más feliz.
Suspiré.
-Rosie...-Sacudí la cabeza, para quitarme la nieve que se acumulaba otra vez.- No quiero que dependas de mí.
-No lo hago. Lo digo en serio... Es solo que no puedo evitar estar mal estando apartada de ti. Pero me pasaría lo mismo si se tratase de Olwer, o Macy, o... Tu eres muy importante para mi.-Ella entrelazó su mano con la mía.-Me ayudaste cuando estaba mal, y eres mi mejor amigo y...
Los dos nos quedamos callados durante un momento.
Un viento muy fuerte agitó los árboles que estaban a nuestro alrededor, y de repente escuché un crujido no muy fuerte. Antes de que me diese cuenta, un árbol estaba cayendo en nuestra dirección. Empujé a Rosie e intenté saltar, pero no actué con demasiada rapidez. Con suerte, la pierna que había sufrido tanto en los Juegos y en la que no sentía absolutamente nada, fue la que quedó entre una de las ramas más grandes del árbol y el suelo. Intenté arrastrarme, pero no podía salir. Rosie me miró con auténtico terror.

2 comentarios:

  1. Oh, diría que que bonito capítulo (lleno de amor) de no ser por que has acabado de esa manera. Me encanta la relación que tienen Rosie y Blight, pensé que la iban a perder y me he alegrado mucho al leer que se veían detras de la valla. Tengo ganas de lo que nos tienes esperado, seguro que será la bomba.

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    1. Hola! A veces me siento hasta mal porque no lo pasan muy bien por mi culpa pero en realidad sé que os gustan estos cambios repentinos en la historia jajajajaja La verdad es que si que tengo unas cuantas cosas preparadas para antes, después, y entre la Gira de la Victoria de Blight así que... yo creo que os gustará. Gracias por leer! Besos! ^^

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