Había llegado mucho antes que nadie al tren que ns llevaría al Capitolio. Me senté en una butaca, haciendo ruido con mis dedos en una mesa de madera. Me había permitido pensar y liberarme de todo el peso que llevaba sobre mis hombros, pero sorprendentemente no pasó nada. No lloré, no me lamenté... nada. Simplemente me quedé sentada, repiqueteando la yema de mis dedos sobre la madera y esperando a que llegasen los... nuevos tributos.
Me sentía vacía. Era raro. Intentaba buscar dentro de mí un sentimiento lo bastante fuerte como para agarrarme a el y conservar la esperanza. Pero no lo encontraba. Parecía que habían extraído de mi todas las emociones que había podido conservar desde los Juegos.
Siempre había esperanza.
¿Pero qué esperanza había de salvar a dos chicos en los Juegos del Hambre?
Eso nunca pasaría. Solo había un ganador.
El silencio llego a su fin. Podía escuchar el gentío acercándose a la estación. Hice un esfuerzo por levantarme y acercarme a la ventana.
No tardaron mucho en aparecer Willow y Parker escoltados por una Minerva muy feliz. Las cámaras graban cada momento, hasta que subieron al tren, las puertas cerraron, y los nuevos tributos del siete desaparecieron. Aún así, las cámaras seguían grabando el tren, la estación, la gente que se había acercado a mirar.
La puerta de mi vagón se abrió con un suave ruido. Giré la cabeza hacia la derecha. Solo era Blight. Fui hacia el y le abracé. Él me acogió en sus brazos.
-Siento lo de antes...el puñetazo...-Susurré.-Estaba nerviosa...
-Intentaré olvidarlo sin tomar represalias.-Dijo mientras me deshacía de su abrazo. Pude ver el atisbo de una sonrisa, intentando que yo sonriese ante su comentario. Pero no funcionó.
-¿Puedo ir a verles ahora?
-Es mejor que esperes. ¿Recuerdas tus Juegos? Aún estarán muy nerviosos sobre lo ocurrido, no lo han procesado. Si entras, lo primero que te preguntarán es que hacer para sobrevivir.
-Puedo decírselo...
-¿Y que les dirás? ¿Qué maten a la gente fríamente?
-Es la única solución, y lo sabes. Es imposible salir de ahí sin Jugar.-Contesté.
-No se trata solo de cazar y no ser cazado. En la arena pasan muchas cosas Johanna, los dos lo sabemos.
Suspiré. Había algo que me preocupaba más que nada, y tenía que preguntárselo a Blight. Aunque doliese.
-Son dos tributos los elegidos...-Dije con la voz algo temblorosa. Me la aclaré. No quería parecer débil durante más tiempo.- Pero solo uno puede salir. ¿Siempre eliges un tributo al que ayudar?
-No siempre acierto con quien es el más fuerte...
-Si te refieres a mi y a Wood, me da igual. Los dos actuamos de una forma. El decidió que hacer, y murió.-Dijé. Parecía increíble que yo hubiese hablado de Wood tan fríamente.- El caso ahora, es... ¿Hay que elegir a quien vamos ayudar este año?
-Johanna, se que va a ser duro para ti... los dos son...-Le corté.
-No... quiero saber desde ya a quien vamos a ayudar. Quiero saber cual puede sobrevivir y despedirme del otro. Y quiero que me ayudes a saber cual de los dos tiene más oportunidades, porque yo sola no puedo.
Blight se iba a disponer a hablar, pero alguien entro en el vagón antes. Era un hombre orondo, casi calvo y con barba blanca. Debía de ser mentor, pro por problemas de salud le habían quitado el cargo. Eso sí, todos los años se dirigía al Capitolio ver los Juegos desde allí. Él debía de haber sido mentor de Blight en sus buenos tiempos.
-Van a retransmitirse las cosechas de todos los Distritos en un par de minutos.-Nos informó, y después salió del vagón.
Blight y yo vimos juntos las Cosechas de los doce Distritos, tomando nota mentalmente de todos los tributos. Los distritos uno y dos, eran los más temibles, pero siempre lo habían sido así que no había mucho por lo que preocuparse. Me sorprendió la niña de doce años que salió elegida en el Distrito 3. El cuatro y el seis no nos llamaron a ninguno la atención. En el seis, una chica de mi edad intenta huir cuando es su nombre el que sale en la papeleta. Los agentes de la paz la atrapan y suben a la chica al escenario entre lágrimas. En el siete aparecen Parker y Willow. El ocho, nueve, diez y once son tan normales como de costumbre. Los tributos del doce me llaman la atención también, pero no por su fuerza o valentía, si no porque literalmente están en los huesos. No les doy muchas posibilidades de ganar.
Una vez que acabamos de ver la Cosecha, Blight me permite ir a ver a Willow y Parker. me pregunta que si quiero su compañía, pero niego. Quiero esta sola con mi mejor amiga y mi novio. Quiero intentar tranquilizarles mientras les doy la mano, les sonrío y les quito un mechón de pelo que les entorpece la vista.
Entró en el vagón de los tributos.
Busco con la mirada sus cuerpos. Están separados. Cada uno en una punta del vagón. Sus ojos se fijan en mi cuando entro. Willow corre hacia mis brazos y nos fundimos en un abrazo. Parker se levanta y me mira con pena.
-Lo siento...-Les susurro.-Lo siento mucho...
Les digo. Y ellos pensarán que siento que hayan salido en la Cosecha. Pero lo que verdad siento, es que estén ahí por mi culpa. Aunque ellos no tienen ni idea de nada.
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