5/29/2015

Johanna: Capítulo 62

-Tengo miedo. Tengo mucho miedo... ¿Cómo aguantaste tu esto, sola?-Me preguntó Willow mientras me apretaba con tanta fuerza las manos que estaban blancas debido a ello.
-Es lo único que puedes hacer. Luchar. Si te das por vencido ahora,-Dirigí la mirada a Parker, quién tenía la cara hundida en sus manos.- estás muerto.
-¿Has visto las Cosechas de los demás Distritos?-Preguntó Willow. Era la única que hablaba fluidamente.
-Sí.-Contesté.
-¿Qué tal...? ¿Qué probabilidades hay?
-No lo sé... Solo fue un vistazo rápido... Como todos los años.
-¿Cómo todos los años?-Gritó mi amiga, histérica, soltándome las manos para llevárselas a la cabeza.-Casi todos los años ganan o el 1 o el 2. Y pensando que tu ganaste el año pasado...
-Los Juegos no son estadística Willow... Es solo suerte.-Dijo Parker. Era la primera vez que hablaba.
-En eso el tiene razón.-Añadí. Me froté las manos en el pantalón, suspiré y me levanté del sillón.-Debería de ir a hablar con Blight... ya sabéis somos vuestros mentores. Vosotros, si queréis, las Cosechas, podéis verlas.
Me resultaba tan difícil hablar con ellos ahora. Les miré una última vez, y me marché conteniendo las lágrimas. Parker y Willow ya no parecían Parker y Willow. Parecían zombies. ¿Habría tenido yo la misma pinta el año pasado? Recordaba a la perfección los desagradables sentimientos que me invadían el cuerpo cuando estaba de camino al Capitolio. Wood me ayudaba intentando tranquilizarme. Pero es difícil tranquilizar a una persona que va a morir, sobre todo a una que se agarra a la vida tan fuertemente.
Me senté en el comedor al lado de Blight. No tardó en hablar.
-¿Qué tal están los chicos?
-¿Tu que crees?-Le respondí de mala gana. No quería ser borde con Blight, pero solía serlo demasiadas veces.
-Todos hemos pasado por esto, no es el fin del mundo. Tu les conoces bien. ¿Tienen alguna habilidad especial?
Me mire las manos, que temblaban sin control.
-No... no-lo-sé...-Dije con voz trémula.
-Cálmate, así no les ayudaremos en nada. Sé que esto es duro para ti. Todos hemos tenido cosechas peores y mejores.-Me aseguró Blight, con voz tranquila.
-¿Hay algo peor que esto?-Dije alertándome.-Porque no lo creo.
-Te aseguro que lo hay...-Susurró con voz hueca.-Ahora intenta recordar habilidades especiales que sirvan en los Juegos.
Suspiré.
-Parker es bueno con el hacha... es leñador. Y Willow... Willow es muy ingeniosa... pero hace las cosas sin pensar y eso le puede jugar una mala pasada.
-¿Deberíamos de entrenarles por separado?
-No lo sé...-Admití.-El año pasado yo entrené con Wood.
-Era diferente. Ahora somos dos mentores...-Hice una mueca ante la perspectiva de tener que elegir entre pasar los entrenamientos con Willow o con Parker. Blight tuvo que darse cuenta porque añadió:-Podemos dejarles a ellos que decidan si te resulta más fácil...
-Por favor...-Supliqué.

A la hora de la cena ninguno de los presentes habló mucho. Tampoco ninguno comió demasiado de los platos. Ni siquiera los tributos, los cuales nunca habían visto tanta cantidad de comida junta. Al final de la cena apareció Ray con una fuente de comida que parecía ser toda para él. Realmente jamás había hablado con Ray. ya no era mentor en los Juegos del Hambre, pero tenía entendido que lo había sido de Blight. Se retiró por problemas de salud muy graves, aún así, cada año acompañaba a los mentores y tributos al Capitolio para los Juegos.
Parker y Willow le miraron con algo de miedo. Ray les sonrío, y se puso a hablar con Blight. Parker y Willow se retiraron a descansar, y yo me quede con Blight y Ray.
Minutos después, me fui también a mi habitación. Estaba cansada de todo y necesitaba descansar. Desaparecer de la realidad durante un buen rato me parecía una buena idea, aunque las pesadillas acudiesen a mí. Ya estaba metida en una, otra no sería mucho problema. ¿No?
Al abrir la puerta de mi habitación, me encontré a Parker sentado en la cama.
-¿Qué haces aq...?
Se llevó un dedo a los labios pidiendo silencio. Me acerqué a él procurando no hacer ruido.
-Willow y yo hemos quedado en entrenar juntos, por ti, por ayudarte.
-¿Ayudarme a mi?-Pregunté.
-Escucha...-Pidió Parker.-Sabemos que tu también lo estas pasando mal... Menuda suerte la tuya... Y la mía.-Se quejó el chico.-También hemos quedado en que una vez suene el gong de los Juegos, cada uno irá por su lado. No nos conocemos tanto como para confiar... Y no quiero ser yo quien acabe con ella. Además, es distinta a mi.
-Todo el mundo es diferente.-Me quedé callada durante unos segundos, formulándome una pregunta interiormente. Finalmente, se la hice.-¿Estas dispuesto a matar?
-En un principio, solo usaré la violencia cuando sea estrictamente necesario. Luego supongo que me convierta en un loco o algo de esto y empiece a matar por diversión... Al final ellos solo quieren un buen espectáculo.
-Sí...-Susurré, sumiéndome en mis pensamientos.
-¿Cómo...? ¿Cómo te sientes después de matar a alguien? Quiero decir, tú...
Suspiré. Jamás me había planteado eso.
-Supongo que cada persona lo lleva de una manera.-Me aclaré la voz.-Es raro. A mi no me persiguen tanto las muertes que yo hice, como la gente que intentaba matarme a mí. Supongo que asumí que era necesario matar para ganar. Es parte del Juego, ¿sabes? Creo que aún no conozco a ningún tributo que haya ganado sin mancharse las manos.
-Willow tiene las ideas distintas Johanna... Dice que no va a acabar con nadie. Deberías de hablar con ella. Con esa mentalidad posiblemente no salga ni del Baño de Sangre.
-Lo intentaré.-Suspiré de nuevo.-Ahora deberíamos de dormir. Mañana llegaremos al Capitolio. Será un día largo.
Parker se levantó y me dio un beso en los labios. Yo me sonrojé y miré hacia abajo. Ahora todo parecía tan absurdo, nuestra relación, nuestros encuentros, nuestra confianza...
-Buenas noches.-Me deseó.
-Buenas noches Parker.-Le contesté.

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